El Gobierno argentino congela ascenso de nuevo jefe militar tras denuncias

Buenos Aires, 22 jul.- El Gobierno de Argentina ordenó hoy congelar hasta fin de año el tratamiento en el Senado del ascenso de rango del nuevo jefe del Ejército, César Milani, ante las crecientes denuncias sobre la supuesta participación del militar en la última dictadura (1976-1983).

La Cámara alta tratará el ascenso del general de división Milani al rango de teniente general hacia finales de año, cuando se debata la totalidad de los ascensos en las fuerzas armadas.

La decisión de congelar el debate fue adoptada por el bloque de senadores de gobernante Frente para la Victoria por orden de la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien semanas atrás designó a Milani como nuevo jefe del Ejército en sustitución del teniente general Luis Alberto Pozzi.

El bloque del oficialismo alegó en un comunicado que la decisión de postergar el tratamiento del pliego "se toma en virtud de la más evidente desnaturalización del procedimiento, con clara intención electoralista y en la necesidad de preservar a las Fuerzas Armadas de convertirse en objeto de disputa electoral, algo totalmente ajeno a sus funciones y misiones específicas".

Tras designar a Milani como jefe del Ejército, el Ejecutivo argentino había enviado al Senado el pliego de su ascenso de rango militar de general de división a teniente general.

El ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi, había dicho la semana pasada que Milani podría continuar al frente del Ejército aún con su actual rango de general de división, pese a afirmar que confiaba con lograr los votos necesarios para la aprobación del pliego de ascenso por parte del Senado, donde el oficialismo es mayoritario.

Sin embargo, desde entonces las críticas por parte de algunas organizaciones humanitarias a la designación de Milani han ido en aumento y hoy se sumaron las del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), considerado un organismo con cercanía hasta ahora con el Gobierno de Fernández.

En medio de estas críticas, una comisión del Senado iba a iniciar en la mañana de hoy el tratamiento del ascenso de Milani, pero la reunión fue luego postergada para este martes y, finalmente, quedó trunca tras la orden dada por Fernández a sus legisladores en la Cámara alta.

El CELS difundió hoy un documento en el que pidió rechazar el ascenso del jefe militar pues, según investigaciones del organismo humanitario, hay "información que vincula a Milani con hechos que se investigan en el marco de causas judiciales por crímenes de lesa humanidad".

El titular del CELS, el periodista Horacio Verbitsky, había cuestionado el domingo pasado en el diario Página 12 la designación Milani como jefe del Ejército y pidió que "dé un paso al costado".

La pasada semana, César Milani atribuyó las acusaciones en su contra sobre su supuesta participación en delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura a intentos de perjudicar al Gobierno de Cristina Fernández.

La polémica sobre el nombramiento de Milani aumentó después de que Ramón Olivera, un ex preso político, asegurara que el general de división participó del proceso de su detención ilegal de su padre en la provincia norteña de La Rioja, en 1977.

"Ese día, me fijé en el legajo, estaba sancionado por haberme quedado dormido. Y menos todavía trasladé al propio Olivera. (...) Todo es mentira", se defendió el jefe militar, quien se presentó el pasado jueves ante un tribunal de la Rioja para negar esa acusación.

El ministro de Defensa, Agustín Rossi, también ha defendido la designación del Milani y recordó que este ya pasó por tres ascensos en su carrera militar que fueron aprobados por el Senado sin inconvenientes.

"La información consolidada desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la información del Ministerio de Defensa hacía pensar que el envío del pliego de Milani para su ascenso no tenía que generar ningún tipo de inconveniente", había dicho Rossi la semana pasada.

Según el ministro, Milani ingresó al Batallón 601 de Inteligencia del Ejército el 1 de diciembre de 1983, diez días antes de la recuperación de la democracia en Argentina, tras haber sido parte del cuerpo de ingenieros del Ejército y de egresar del Colegio Militar, en diciembre de 1975.