El Senado de Brasil reelige como presidente a legislador citado en escándalos

  • El Senado de Brasil reeligió hoy como su presidente para un nuevo mandato de dos años a Renán Calheiros, un legislador citado en varios escándalos y que en 2007 tuvo que renunciar a ese cargo en medio de un proceso de corrupción.

Brasilia, 1 feb.- El Senado de Brasil reeligió hoy como su presidente para un nuevo mandato de dos años a Renán Calheiros, un legislador citado en varios escándalos y que en 2007 tuvo que renunciar a ese cargo en medio de un proceso de corrupción.

Calheiros, elegido senador en 2010 por el estado de Alagoas y que contaba en la disputa con el respaldo del Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, obtuvo 49 votos en una elección secreta, contra los 31 depositados por el senador Luiz Henrique da Silveira, su único rival.

La votación para elegir al presidente del Senado y, consecuentemente, del Congreso Nacional fue realizada poco después de que los 27 senadores elegidos en octubre pasado asumieran sus mandatos de ocho años.

El Senado tan sólo renovó en octubre a la tercera parte de sus 81 miembros, ya que los otros 54, elegidos en 2010, concluyen sus mandatos en 2018.

Este domingo, con el inicio de la 55 legislatura del Congreso brasileño, también tomaron posesión los 513 miembros de la Cámara de Diputados elegidos el año pasado, 289 de ellos reelegidos.

Tanto Calheiros como Da Silveira pertenecen al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la mayor fuera electoral del país, el principal aliado del Gobierno de Rousseff en el Congreso y la primera minoría en el Senado, con 19 legisladores.

Calheiros, exministro de Justicia y que asume la presidencia del Senado por cuarta vez, contaba con el apoyo explícito del Gobierno y de los 12 senadores del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), la formación de Rousseff, por haber sido siempre fiel a la jefa de Estado, que en enero inició su segundo mandato de cuatro años tras haber sido reelegida en octubre.

Pese a integrar un partido de la coalición oficialista, Da Silveira no siempre votó alineado con el Gobierno y en las últimas elecciones coqueteó con el líder opositor Aécio Neves, a quien Rousseff derrotó el año pasado en la segunda vuelta de las presidenciales por un reducido margen de votos.

En el discurso que pronunció poco antes de la votación, Da Silveira, senador por el sureño estado de Santa Catarina, pidió una renovación en la dirección de la Cámara alta para rescatar una imagen salpicada de escándalos e impedir que sea comandada por un legislador cuya fidelidad al Gobierno fue compensada con el nombramiento de sus aliados en importantes cargos ejecutivos.

Políticos recomendados por Calheiros ejercen cargos como el Ministerio de Turismo y la presidencia de la distribuidora de combustibles de la petrolera estatal Petrobras.

Algunos parlamentarios que se oponen a Calheiros alegan que el Senado no puede tener en su presidencia a un legislador que puede ser citado en breve entre los políticos que serán investigados por el gigantesco escándalo protagonizado actualmente por Petrobras.

Según versiones de prensa, el reelegido presidente del Senado figura en una lista de cerca de cuarenta políticos citados como beneficiarios de los millonarios desvíos en Petrobras por los testigos que vienen colaborando con la Justicia en la investigación del escándalo.

La elección de Calheiros como presidente del Senado en 2013 también fue cuestionada debido a que en esa época la Fiscalía presentó cargos en su contra por delitos como malversación de fondos y uso de documentos falsos.

Según la Fiscalía, Calheiros usó facturas falsas para esconder que un empresario le pagaba el alquiler de un apartamento y la pensión de una hija que tuvo en una relación extramatrimonial y que mantuvo oculta hasta 2007, cuando la prensa aireó el escándalo.

Calheiros renunció ese año a la presidencia del Senado antes de ser sometido a un juicio político con fines de destitución, en el que sus colegas terminaron declarándolo inocente.

Calheiros también ha sido cuestionado por sus estrechos vínculos políticos con el expresidente Fernando Collor de Mello en la época en que este renunció a la jefatura del Estado envuelto en un escándalo de corrupción y por negocios poco claros que le permitieron la adquisición de haciendas y de grandes rebaños en Alagoas.

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