Obama pide ayuda de pequeños empresarios para conjurar "precipicio fiscal"

  • María Peña Washington, 27 nov. El presidente de EE.UU., Barack Obama, se reunió hoy con 15 pequeños empresarios como parte de una ofensiva para presionar al Congreso a que evite el "precipicio fiscal" a fines de diciembre próximo.

María Peña

Washington, 27 nov. El presidente de EE.UU., Barack Obama, se reunió hoy con 15 pequeños empresarios como parte de una ofensiva para presionar al Congreso a que evite el "precipicio fiscal" a fines de diciembre próximo.

A 35 días del "precipicio fiscal", esa temida combinación de una subida de impuestos y masivos recortes al gasto público, Obama, secundado por sindicatos y grupos empresariales, se ha embarcado en una intensa campaña pública para evitar más daños a la débil recuperación económica.

Obama se reunirá mañana con los principales ejecutivos de algunas de las empresas más importantes del país. Se trata de la segunda vez en un mes en que realiza una serie de reuniones sobre la urgencia de crear más empleos, además de conjurar el "precipicio fiscal".

"Si los consumidores entran a 2013 con menos dinero en sus bolsillos, desde luego que nos veremos afectados. Seríamos los primeros en ser tachados de la lista de compras", dijo a Efe Arnulfo G. Ventura, principal ejecutivo y cofundador de Cobá, una empresa especializada en "aguas frescas" (frescos naturales).

"El presidente nos dijo que reconoce que como pequeños empresarios, somos uno de los principales motores de la creación de empleos del país", agregó Ventura, de origen mexicano, quien participó en la reunión de una hora con Obama y el vicepresidente Joseph Biden.

"Estamos pensando contratar más empleados pero el precipicio fiscal nos obligaría a reducir las contrataciones y hacer más con menos", advirtió.

Esa misma advertencia ha venido haciendo la Casa Blanca en los últimos días y se prevé que repetirá Obama mañana en sendos eventos.

Según la Casa Blanca, Obama hará declaraciones durante un evento mañana con gente de clase media que se vería perjudicada si el Congreso no prorroga los recortes tributarios que vencen a finales de diciembre. Algunos de los invitados habían escrito cartas a la Casa Blanca para describir su precaria situación económica.

Además, Obama y Biden se reunirán en la tarde con líderes de grandes empresas privadas para "discutir las acciones que necesitamos para mantener el crecimiento de nuestra economía y encontrar una respuesta equilibrada para reducir nuestro déficit", dijo la Casa Blanca.

Entre los invitados al encuentro figuran los principales ejecutivos de Coca Cola, Goldman Sachs Group, The Home Depot, Deloitte LLP, Merck, Macy's Inc, Yahoo!, Caterpillar, y Pfizer.

También asistirán al cónclave los principales ejecutivos de Comcast, State Farm Insurance, Marriott , AT&T, y Archer Daniels Midland, según la lista distribuida a la prensa por la Casa Blanca.

El mandatario prevé visitar el viernes próximo una fábrica de juguetes en las afueras de Filadelfia (Pensilvania), para continuar remachando su mensaje de que el "precipicio fiscal", sin solución a la vista, abollará la confianza de los consumidores en plena temporada de compras navideñas.

Obama ha dejado en claro en los últimos días que no promulgará ley alguna que incluya recortes tributarios para quienes perciben ingresos superiores a los 250.000 dólares anuales, convencido de que los ricos deben pagar más impuestos.

Los republicanos, también presionados por su base, insisten en que la Administración Obama debe detallar un plan de recortes al gasto público y empezar a elaborar una reforma de los programas de ayuda social.

Tanto conservadores como progresistas están conscientes de que, ante el estancamiento actual en las negociaciones, aumenta la posibilidad de que, en tan solo cinco semanas, el país afrontará una subida de impuestos a los ingresos, las ganancias de capital y los dividendos.

El problema es que los demócratas y los republicanos no logran consenso sobre cómo reducir el déficit y cómo aumentar los ingresos a las arcas del Estado sin abollar la confianza de los consumidores.

Una propuesta republicana, impulsada por el senador Bob Corker, estipula limitar las deducciones a los impuestos federales a 50.000 dólares, pero la idea no ha encontrado tracción entre los demócratas.

Grupos de presión y los sindicatos hacen lo propio, mediante sendas campañas publicitarias, para presionar al Congreso a que evite el tóxico conjunto de aumento de impuestos y recortes extensos a la mayoría de los programas sociales en EE.UU..

Según el Consejo Nacional de La Raza, uno de los grupos hispanos más grandes e importantes del país, los latinos que dependen de programas de beneficencia social estarían entre los perjudicados.

El tiempo apremia y asesores del Congreso y de la Casa Blanca continúan un diálogo entre bambalinas para tratar de alcanzar una solución consensuada sobre a cuántos y a quiénes incluir en la prórroga de los recortes tributarios.

Esos recortes fueron instituidos en 2001 y 2003 durante la presidencia de George W. Bush, pero vencen el próximo 31 de diciembre.

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