López Obrador, el combativo candidato que impulsa la "república amorosa"

  • El candidato de la izquierda mexicana a las elecciones presidenciales, Andrés Manuel López Obrador, es un político tenaz, cercano a la gente, que en los últimos meses sorprendió al pasar de la confrontación a tratar de instaurar una "república amorosa".

Alberto Cabezas

México, 25 jun.- El candidato de la izquierda mexicana a las elecciones presidenciales, Andrés Manuel López Obrador, es un político tenaz, cercano a la gente, que en los últimos meses sorprendió al pasar de la confrontación a tratar de instaurar una "república amorosa".

Ante su segunda y quizás última oportunidad de llegar al poder la promesa clave del aspirante de la alianza entre el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, es la de luchar por un "cambio" que permita construir "un Estado social y democrático de derecho, plural, incluyente, con un lugar para todas y todos los mexicanos".

Nieto del militante comunista español José Obrador Revueltas, la carrera política de López Obrador (Macuspana, 1953) comenzó en 1977 y está marcada por la lucha y defensa de los pobres y las causas populares.

Su abuelo, oriundo de la localidad española de Ampuero (Cantabria), llegó como exiliado a México en la década de los años treinta del siglo XX, bajo la protección del presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940).

En sus primeros pasos en política fue militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del que llegó a ser presidente en el estado de Tabasco (1983). Sin embargo, desde 1988 se sumó al proyecto izquierdista del entonces recién nacido PRD.

Hace seis años su candidatura presidencial fue una de las que concitó mayor interés por representar la cita de la izquierda con la historia, la posibilidad de acceder por primera vez al poder en el México democrático y en la que obtuvo 14,6 millones de votos, un registro histórico.

Sin embargo, en las urnas y tribunales perdió por una exigua diferencia de 0,56 puntos porcentuales ante Felipe Calderón, el menor margen registrado en unos comicios presidenciales en México.

Inconforme con el resultado, organizó un plantón de cuarenta días desde el Paseo de la Reforma al Zócalo de la capital invocando un supuesto fraude electoral que colapsó la urbe. Entonces dejó grabado en la memoria de millones de mexicanos el grito de "¡Al diablo las instituciones!", que en la actual campaña ha tratado de revertir.

Jamás aceptó el liderazgo del conservador Felipe Calderón, a quien considera un presidente "espurio", pero en campaña apenas le ha criticado, centrado en divulgar su mensaje renovado y conciliador dirigido sobre todo a los jóvenes.

El 5 de junio pasado en Puruándiro, oeste del país, despertó viejos fantasmas al hablar por primera vez de que se urdía un posible fraude en su contra, algo que desmintió el Instituto Federal Electoral (IFE).

"Primero van a ver si pueden detener la caída (en las encuestas) de Peña, que ya está muy difícil porque va a en picada con la guerra sucia, y si ven que con eso no pudieron van a apostar al fraude y por ello tenemos que orientar a la gente a que no vendan el voto", dijo en un mitin.

Desde mayo ocupa el segundo lugar en las encuestas tras desbancar a la conservadora Josefina Vázquez Mota. Desde esa posición es el enemigo a batir para Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que, al igual que otras formaciones, han recordado durante la campaña su mal perder.

López Obrador ofrece como garantía su gestión como jefe de Gobierno del Distrito Federal (2000-2005), cuando se apartó del cargo para aspirar por vez primera a la Presidencia.

Crítico de "la voracidad" de los banqueros y la corrupción, ha mantenido una tensa relación con los empresarios, aunque en los últimos meses ha suavizado su discurso tratando de granjearse su confianza en un giro hacia el centro que levanta recelos, pese a que dice que es hora de instaurar una "república amorosa" en México.

López Obrador aprovechó la emergencia del movimiento juvenil Yo Soy 132, crítico con Peña Nieto, para reforzar sus opciones de victoria, sin apropiarse políticamente de los ideales del colectivo, pero siendo el más beneficiado por su irrupción en la campaña.

También ha dado golpes de efecto importantes, como el de anunciar el que sería su equipo de Gobierno, donde destacan el alcalde capitalino, Marcelo Ebrard, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Ramón de la Fuente, y el fundador del PRD, Cuahutémoc Cárdenas.

El dirigente del PRD, considerado un político hábil, siempre ha aprovechado la adversidad para presentarse como un "perseguido por el actual sistema", en particular por el expresidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

El historiador Enrique Krauze ha sido uno de los más críticos con él y hace años llegó a decir que le consideraba un "mesías tropical".

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