Las claves de Sánchez para pasar de cadáver político a rey del mambo

  • Según el CIS, la izquierda Partido Socialista-Podemos ya supera en intención de voto al centro derecha de Partido Popular-Ciudadanos.

    El efecto Sánchez es como el “efecto mariposa” de la teoría del caos, aparentemente no ha habido un gran cambio, pero está consiguiendo unos resultados muy diferentes.

Las claves de Sánchez para pasar de cadáver político a rey del mambo electoral
Las claves de Sánchez para pasar de cadáver político a rey del mambo electoral
José Luis Roig
José Luis Roig

Pedro Sánchez ha demostrado que las segundas partes sí pueden ser buenas, incluso muy buenas. El PSOE se sitúa a menos de 4 puntos del PP, y todo gracias a un Sánchez resucitado, que no sólo supo derrotar al establishment socialista que representaba Susana Díaz, sino también a las encuestas y a la

opinión publicada de la mayoría de medios de comunicación.

Hay varios factores que explican estos resultados, pero de entrada recordemos que esta encuesta del CIS se realizó a principios de julio, y que coincidió en el tiempo con la operación Lezo, que investiga la corrupción en el Canal de Isabel II, y que llevó al ex presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio

González, a la cárcel de Soto del Real. Dos semanas antes, también se había celebrado el Congreso del PSOE, en el que la imagen de Sánchez salió reforzada al igual que la del partido. Circunstancias que sin duda han quedado reflejadas en los resultados del CIS.

El efecto Sánchez es como el “efecto mariposa” de la teoría del caos, aparentemente no ha habido un gran cambio, es el mismo líder que estaba hace unos meses, pero está consiguiendo unos resultados muy diferentes y su regreso ha supuesto una transformación drástica dentro de las estructuras del PSOE. Su clara victoria ante Susana Díaz -aceptada por casi todos- le ha dado alas para hacer

grandes cambios dentro del partido, y actuar con más libertad frente a las situaciones políticas que han ido surgiendo, dos circunstancias que le han concedido un mayor carisma de líder sólido. De cadáver político denostado por todos menos por la bases y su mujer, Begoña Gómez, ha pasado a rey del mambo con aspiraciones reales del alcanzar el trono monclovita.

Su acercamiento a Podemos le ha servido para subrayar su izquierdismo posibilista, al igual que su pertinaz rechazo al PP. Gracias a ello y a su 24,9 % de votos potenciales, el PSOE vuelve a ser alternativa de Gobierno. Su distancia con el PP (28,8%) es la más baja desde octubre de 2015.

Seguro que Pedro Sánchez está pasando sus mejores vacaciones de los últimos años. Los pronósticos eran apocalípticos si ganaba él, y no Susana Díaz. Pero la realidad, al menos la demoscópica, ha demostrado lo contrario y se ha convertido en un acicate para los encuestados, que en esta ocasión no eran sólo compromisarios socialistas.

Las encuestas del CIS también han premiado la coherencia y persistencia de Sánchez, su forzada retirada y su regreso triunfal, con el título simbólico pero rimbombante de líder mejor valorado (3,73%), por delante de Albert Rivera (3,58), Pablo Iglesias (2,95) y Mariano Rajoy (2,79). La nota no es demasiado alta, pero sí es suficiente para superar a sus rivales más directos y lograr que las cervezas que se está tomando en las playas de Almería sepan a gloria bendita.

Desde su reentre, los movimientos políticos de Sánchez han sido escasos pero estratégicos. Se le ha criticado su acercamiento a la izquierda extrema y su ambigüedad plurinacional respecto al secesionismo catalán. Sin embargo, estas posturas controvertidas han pesado menos que los casos de corrupción que salpican al PP, que tampoco ha sabido rentabilizar los logros económicos de su

gestión de Gobierno.

Vistos los resultados se puede afirmar que los españoles no tienen miedo al izquierdismo radical de Sánchez, y que el eslogan-mensaje que luce el PSOE en todo acto público –“Somos la izquierda”- parece que funciona. Sánchez vuelve a ser alternativa, y aunque el bipartidismo ya no existe hoy día, siguen siendo los dos “viejos” partidos los que controlan la mayor cantidad de apoyos.

Por su parte, el partido de Rajoy, que aunque ha quedado primero en la encuesta del CIS sufre un duro desgaste, se enfrenta de nuevo a sus problemas de comunicación, no sabe transmitir ni explicar a la opinión pública su gestión ni sus aciertos; a la vez que soporta un importante vacío generacional dentro de su franja de votantes, que cada vez tienen mayor edad. El Ejecutivo del PP también acusa el

deterioro de gobernar contra viento y marea, en minoría, y de no saber entusiasmar ni ofrecer novedades para conectar con nuevos votantes.

El significativo ascenso del “sanchismo”, logrado en muy poco tiempo, resulta más destacable aún si tenemos en cuenta la situación de la que partía: una clara y descarnada guerra interna en el partido que se saldó con la llegada de una gestora. A pesar del acercamiento socialista a Pablo Iglesias, los apoyos de Pedro Sánchez no han salido de las arcas de Podemos, que ha subido sólo seis décimas,

una amarga victoria para los morados, sino del apoyo de antiguos socialistas decepcionados que han dejado de lado la abstención para volver al activismo político.

Por último, si observamos los resultados por bloques ideológicos, la izquierda (PSOE- Podemos) ya supera con un 45,2% al de centro-derecha (PP-Ciudadanos), que consigue el 43,3 %; mientras que en el CIS del pasado abril la derecha era la opción favorita con el 46,4%. Dicho esto, simplemente recordar que la única encuesta verdadera es la que se hace al introducir la papeleta en la urna.

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