Cómo escribir discursos políticos memorables

    • Dar la cara, prometer un sueño, relatar historias personales, emplear imágenes...
    • De Luther King al Papa Francisco, todos han empleado alguna de estas técnicas.
Martin Luther King, un orador con mayúsculas sin heredero claro
Martin Luther King, un orador con mayúsculas sin heredero claro

Martin Luther King, John F. Kennedy, Winston Churchill, el Papa Francisco…

Todos ellos han ofrecido discursos memorables que han pasado a la historia por su garra, su capacidad de transmitir emociones y por su fuerza dialéctica.

¿Cómo se escribe un discurso? ¿Cuál es su magia? ¿De qué depende? He aquí algunas enseñanzas.

1. Desafía la desesperación con la esperanza. Martin Luther King se dirigió a sus compatriotas de raza negra en 1963 diciéndoles que "tenía un sueño". "Hoy sueño que mis cuatro hijos algún día vivirán en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel". La gente sigue a los soñadores y a los salvadores que prometen grandes cambios.

2. Usa las historias personales para llegar al corazón. En 1984, Ronald Reagan conmemoró el desembarco en Normandía, centrándose en un grupo de Rangers norteamericanos que debían tomar la playa, infestadas de armas alemanas. De 225 Rangers solo sobrevivieron 90. Esas imágenes hicieron llorar a la audiencia. En 2008, Obama recorrió la historia de los EEUU a través de la vida real de Anne Dixon Cooper, una mujer de color de 106 años había ido a votar ese día. Había nacido poco después de que la esclavitud se hubiera eliminado, y ahora era la promesa de que todo se puede cumplir si se tiene la voluntad de hacerlo. En 2008, Rajoy habló de una niña para la cual quería gobernar y esa imagen quedó en la memoria como 'la niña de Rajoy'.

3. Establece una lucha del bien contra el mal. Kennedy dibujó en 1963 en Berlín la confrontación planetaria de dos fuerzas contrapuestas. La libertad de Occidente contra el comunismo. Los discursos de la lucha del bien contra el mal son especialmente efectivos en tiempos de guerra o en los levantamientos por la independencia.

4. Crea una letanía. Neil Kinnock, líder laborista, avisó en las elecciones británicas de 1983 a los ingleses que si votaban a Margaret Thatcher, les caerían los mil males. Y lo hizo con la siguiente letanía. "Os aviso de que tendréis frío; os avisó de que tendréis pobreza…". Y así hasta 15 veces. En su toma de posesión como como presidente de Sudáfrica, Mandela dijo: "Que haya justicia para todos; que haya paz para todos; que haya trabajo, pan, agua y sal para todos". Martin Luther King empleó en 1963 la técnica del sermón eclesial, y al final de cada estrofa en la que mencionaba "se nivelarán los declives", o "se mostrará la Gloria del Señor", el público gritaba "eso es", "sí", "mi Señor". El discurso de Obama de 2008, fue contestado en varios momentos por un "Yes we can" pronunciado por miles de personas.

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5. En las crisis, da la cara sin tardanza. Enrique Fuentes Quintana, vicepresidente económico, se dirigió a los españoles en 1977 para explicarles con claridad por televisión los problemas económicos, que eran "enojosos": "Porque hay que hacerles frentes y cuanto antes mejor". Lo mismo hizo Franklin Delano Roosevelt en 1933 para ponerse al frente de la mayor crisis financiera de la historia de EEUU. "Es hora de decir la verdad", dijo. Roosevelt afirmó después que "a lo único que debemos tener miedo es al miedo mismo".

6. Promete una compensación. En su discurso en el parlamento en 1940, Churchill explicó a los británicos los padecimientos de la guerra y que aquello supondría "sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas", pero al final habría una compensación: "La victoria, la victoria a pesar de que el camino sea duro, la victoria a toda costa". Fuentes Quintana, habló en 1977 de esfuerzo y colaboración de todos para salir de la crisis. Y terminó: "Encontraremos el camino abierto hacia un futuro de bienestar".

7. Haz que tu audiencia sea el motor del cambio. En su discurso a la juventud argentina reunida en las JMJ de Rio de Janeiro, el papa Francisco les ordenó. "¡Quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir". Por cierto, este discurso no estaba escrito. El Papa improvisó.

8. Los mejores han sido los más cortos. De Kennedy a Reagan, o de Churchill a Havel, los mejores discursos se han escrito en pocos folios.

9. Termina con una frase corta. Será recordada para siempre: "Ich bin ein Berliner (soy berlinés), dijo Kennedy ante miles de alemanes en el Berlín dividido por los comunistas y la libertad. "Yes we can", dijo Obama en su discurso de la victoria en 2008. "La Historia me absolverá", dijo Castro ante el tribunal que le juzgaba por rebelión.

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