EL CONGRESO DA LUZ VERDE AL CETA Y RECHAZA LLEVARLO AL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

El Congreso de los Diputados dio luz verde este jueves al Acuerdo Económico y Comercial Global entre Canadá y la UE (CETA, por sus siglas en inglés) y rechazó llevarlo al Tribunal Constitucional.
La Cámara Baja rechazó por 81 votos a favor, 260 votos en contra y una abstención la enmienda a la totalidad al texto planteada por Podemos; y por 86 votos a favor y 256 votos en contra la pretensión de la formación morada de someter a una cuestión previa de constitucionalidad este tratado.
Durante la defensa del mismo, el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, defendió las bondades del CETA, ya que “la creación de espacios de prosperidad y bienestar compartido es beneficiosa para la comunidad internacional, en general, y para la UE, España y Canadá”.
Afirmó que el CETA es el acuerdo “más ambicioso” firmado por la UE al poner en marcha un “modelo abierto y compatible con los derechos sociales” y que debido a la cercanía de Canadá con EEUU facilitará las exportaciones a este país.
Arguyó que este tratado no impone la privatización de ningún servicio público, ya que del mismo quedan fuera la educación, la sanidad, los servicios sociales y el suministro de aguas potables.
Tras afirmar que en materia laboral se aplicarán los convenios establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aseveró que su puesta en marcha contribuirá al crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo en España.
Esto le permitió dejar claro que el CETA es un acuerdo entre “sociedades abiertas e integradas” que creen en una “globalización moderada” y que rechazan el proteccionismo, del que, dijo, “no es la solución para nuestro tiempo”.
Dastis rechazó la pretensión de Podemos de someter a una cuestión previa de constitucionalidad este tratado porque “nada de lo dispuesto y acordado en el trabajo supone la menor merma o atisbo de menoscabo de libertades, derechos y acceso al máximo nivel de tutela jurisdiccional”.
“DAÑOS IRREVERSIBLES”
Por su parte, Pablo Bustinduy (Podemos) argumentó su rechazo al CETA sobre el hecho de que este texto contiene “daños irreversibles” para la soberanía de España, ya que “no es un tratado de libre comercio sino que modifica funciones judiciales y normativas de nuestro ordenamiento”.
Criticó la puesta en marcha de tribunales de arbitraje que lesionará derechos sociales y laborales y censuró que el Gobierno no haya dado tiempo a debatir en profundidad el texto.
Por último consideró que el CETA es “otro Tratado de Maastricht y otro artículo 135 de la Constitución que tendrá gravísimas consecuencias sobre los ciudadanos y las empresas españolas”.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, definió el CETA como un “avance de la civilización, las libertades, los ciudadanos y las empresas frente a los enemigos del comercio” que se oponen a la prosperidad.
Acusó a Podemos de “no creer” en la Constitución y de votar con la ultraderechista Marine Le Pen en contra de este texto en el Parlamento Europeo. También les reprochó que prefieran la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el modelo de Nicolás Maduro en Venezuela, a Donald Trump o a Syriza.
Por otro lado, Oskar Matute (Bildu) dijo que el CETA enfrenta a “democracia y corpocracia”, mientras que Joan Baldoví (Compromís) dijo no entender los motivos por los que se impide al Tribunal Constitucional posicionarse sobre este texto.
Jordi Xuclà (PDECat) definió a los miembros de Podemos como “iconoclastas del siglo XXI” y Aitor Esteban (PNV) acusó a la formación morada de caer en “tópicos” y reflexionó acerca de que un grupo que se denomina de izquierdas se enroque en la defensa de la soberanía nacional cuando esta corriente ideológica ha defendido tradicionalmente posturas internacionalistas.
Ana Surra (ERC) comentó que el CETA no se debe ratificar porque antepone los intereses de las grandes corporaciones a los de los ciudadanos, al tiempo que Soraya Rodríguez (PSOE) lo definió como un “buen acuerdo, no el mejor, pero es fruto de un acuerdo con un país democrático, progresista, que acepta nuestros valores y nuestros estándares”.
Recordó a los miembros de Podemos que “la izquierda no es proteccionista, no es nacionalista, no es aislacionista, porque de ser así les pasa por la izquierda, Le Pen, Trump y todos los populismos que recorren Europa”.
Por último, José Ramón García Hernández (PP) dijo que la ciencia económica ha demostrado que el comunismo es sinónimo de “supermercados vacíos y desabastecimiento”.

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