EEUU reúne a sus aliados anti-yijadistas bajo la presión de los atentados

Después de dos años de lucha contra el Estado Islámico (EI), Estados Unidos se reúne este miércoles y jueves en Washington con los miembros de la coalición militar internacional para analizar el curso de la guerra, mientras el grupo yihadista intensifica sus ataques en el mundo.

A pesar de que el EI ha perdido terreno en Irak y en Siria, estas últimas semanas reivindicó mortales atentados en Niza, Estambul, Bagdad y Dacca, que dejaron centenares de muertos y heridos.

Esos ataques "serán evidentemente la primera preocupación de las discusiones", declaró Brett McGurk, el representante especial del presidente estadounidense, Barack Obama, en la coalición.

Durante dos días el secretario de Estado, John Kerry, y el de Defensa, Ashton Carter, recibirán a unos cuarenta de sus homólogos, entre ellos los franceses Jean-Marc Ayrault y Jean-Yves Le Drian, cuyo país acaba de ser golpeado.

Haciéndose eco de las declaraciones del primer ministro francés, Manuel Valls, quien predijo "otros atentados" y "otros inocentes muertos", McGurk también advirtió durante una conferencia telefónica que "nadie puede decir que esos ataques se detendrán". "Desgraciadamente, pienso que habrá otros", lamentó el diplomático estadounidense.

McGurk estimó que la coalición, que ha realizado cerca de 14.000 incursiones aéreas, "ha tenido éxito sobre el terreno". Pero reconoció que "aún queda mucho trabajo" para desmantelar las redes yihadistas en el mundo.

Según el experto Michael Weiss, "el EI está golpeado pero no acabado". La organización extremista "perdió su capacidad de conservar grandes parcelas de territorio, pero no perdió su capacidad de realizar ataques (...) oportunistas", resume este especialista del centro de reflexión Atlantic Council en Washington.

Según Washington, el EI perdió en Irak y en Siria respectivamente cerca del 50% y entre el 20% y el 30% de los territorios que había conquistado en 2014.

En Irak, tras la reconquista del bastión sunita de Faluya por las fuerzas iraquíes, la coalición se propone arrebatarles a los fundamentalistas islámicos la gran ciudad del norte del país, Mosul.

"Fortaleceremos los recursos de la coalición", aseguró Valls el martes de noche en París. El portavoz estadounidense de la coalición, Peter Cook, también reclamó que "se acelere el esfuerzo" contra el EI.

Pero Michael Weiss duda de que Mosul y Raqa, la "capital" del autoproclamado califato en Siria, vayan a ser "recuperadas" antes de que Obama concluya su mandato en enero.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Londres, afirmó el martes que cerca de 60 civiles, entre ellos varios niños, perecieron en Siria en el curso de operaciones de la coalición cerca de una localidad controlada por el EI en la provincia de Alepo.

La guerra ha dejado hasta ahora unos 280.000 muertos y millones de refugiados y de desplazados.

John Kerry acaba de regresar de Moscú, donde acordó con las autoridades rusas intensificar la cooperación entre las dos potencias para intentar salvar la tregua y luchar contra los yihadistas.

La coalición también hablará de la era post-EI. En particular en Irak, que este miércoles será tema de una conferencia específica de donantes. Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania, Holanda y Kuwait prevén obtener 2.000 millones de dólares de donantes, según diplomáticos estadounidenses.

De hecho, Bagdad necesita dinero para que los refugiados retornen a las zonas reconquistadas y para reconstruir el país. "Ha llegado el momento de ayudar a Irak para la era posliberación", dijo en Washington su ministro de Relaciones Exteriores, Ibrahim al-Jaafari, quien invocó el espíritu del plan Marshall.

Las fuerzas iraquíes reconquistaron Faluya y avanzan en el valle del Tigris en dirección a Mosul. Recuperaron la base aérea de Qayyarah, a unos 60 km al sur de la ciudad, que será un "trampolín vital" para la ofensiva sobre Mosul, según militares estadounidenses.

Washington también anunció que enviará otros centenares de soldados a Irak para ayudar al Ejército gubernamental a combatir al EI y recuperar Mosul. Estados Unidos tendrá entonces algo más de 4.600 militares en ese país, del que había retirado unos 140.000 efectivos a fines de 2011.

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