Informe parlamentario británico denuncia intervención de 2011 en Libia

La intervención militar británica de 2011 en Libia se basó en "postulados erróneos", acusan parlamentarios británicos en un informe publicado este miércoles que critica con severidad al ex primer ministro David Cameron.

La Comisión de Asuntos Exteriores reseñó varios errores en el proceso discrecional que condujo a Londres a intervenir militarmente con Francia en 2011, oficialmente para proteger a los civiles reprimidos por el dictador Muamar Gadafi.

El gobierno "no pudo comprobar la amenaza real que el régimen Gadafi representaba para los civiles; tomó al pie de la letra, de manera selectiva, ciertos elementos de la retórica de Muamar Gadafi, y fracasó en la identificación de las facciones islamistas radicales dentro de la rebelión", escriben los parlamentarios en su informe.

"La estrategia del Reino Unido se fundó en postulados erróneos y en un análisis parcial de las pruebas", sentencian los miembros de la comisión.

Media década después de la caída y muerte del ex hombre fuerte del país, el caos sigue imperando en Libia, país rico en petróleo donde el gobierno de unión nacional (GNA), apoyado por la ONU, no acaba de asentar su autoridad en el conjunto del país desde su instalación en marzo en Trípoli.

Las fuerzas del gobierno del este, no reconocido, se apoderaron de la cuarta terminal que completa la Media Luna petrolera, unas instalaciones cruciales para la economía del país situadas entre Bengasi y Sirte, ciudad de donde las fuerzas del GNA llevan cuatro meses intentando echar al grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Según Crispin Blunt, presidente de la comisión, el gobierno Cameron hubiera debido privilegiar otras opciones que hubieran dado mejores resultados.

"Un compromiso político hubiera podido permitir proteger a la población civil, cambiar y reformar el régimen con un costo menor para el Reino Unido y Libia", estima.

"El Reino Unido no hubiera perdido nada con seguir estas pistas, en lugar de focalizarse exclusivamente en el cambio de régimen por medios militares", afirmó en un comunicado.

David Cameron también hubiera debido saber que los islamistas radicales iban a intentar sacar provecho de la rebelión, estima la comisión, que no ve indicios de que Londres haya analizado correctamente la naturaleza de la rebelión.

Cameron es pues "el responsable final del fracaso del desarrollo de una estrategia coherente en Libia", consideran los diputados.

El ex primer ministro conservador no quiso declarar ante la comisión evocando "una agenda cargada", según el informe.

Otros actores políticos importantes sí acudieron a testimoniar ante la comisión: los ex ministros de Defensa y Relaciones Exteriores Liam Fox y William Hague, y el ex primer ministro Tony Blair.

Este último declaró a la comisión que habló por teléfono con Gadafi en febrero de 2011 para intentar convencerle de que abandonara el poder.

"No hemos visto elementos que prueben que el primer ministro de entonces, David Cameron, haya intentado explotar los contactos de Blair", dice la comisión.

El fracaso de la transición postGadafi en Libia también es teme sensible en Estados Unidos, donde Hillary Clinton tuvo que responder de acusaciones después del ataque del recinto diplomático estadounidense en 2012 en Bengasi, en el que murieron el embajador estadounidense Christopher Stevens y otros tres norteamericanos.

La actual candidata demócrata a la presidencia, que era secretaria de Estado del presidente Barack Obama en el momento de los hechos, tuvo que declarar ante el Congreso en un ambiente tenso, y la oposición republicana denunció un escándalo político.

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