Las autoridades malienses han confirmado este mismo lunes la muerte de al menos seis personas --cinco militares y un civil-- en enfrentamientos y ataques registrados durante las elecciones.
La jornada electoral estuvo marcada por las protestas y los enfrentamientos, en medio del boicot convocado por varios partidos opositores y los grupos tuareg del norte del país.
La oposición, al igual que los diversos grupos armados que participan en el proceso de paz auspiciado por la ONU, ha criticado la votación y ha señalado las profundas divisiones que aún afectan a la antigua colonia francesa después de tres años de guerra.
Mientras, desde el Gobierno defienden la legitimidad de las elecciones. "Ya hemos retrasado cuatro veces estas elecciones para que puedan ser inclusivas y cuatro veces es suficiente", declaró el presidente, Ibrahim Boubacar Keita, tras depositar su voto.
A pesar de que los yihadistas fueron expulsados por una operación militar liderada por Francia un año después de que en 2012 aprovecharan la rebelión tuareg para conquistar las principales ciudades del desierto de Malí, han continuado lanzando ataques contra el Ejército y la ONU. En los últimos meses también han intensificado su insurgencia y se han extendido hacia el sur.
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