Un Pentágono escéptico se prepara a colaborar con el antiguo enemigo ruso en Siria

El Pentágono se preparaba el lunes a implementar en Siria planes para una colaboración inhabitual con Rusia, uno de sus tradicionales enemigos, en caso de que el cese al fuego se consolide en este país devastado por la guerra.

Según los términos del acuerdo negociado la semana pasada por el secretario de Estado, John Kerry, y su par ruso, Serguei Lavrov, las hostilidades deberían cesar en Siria este lunes, primer día la celebración religiosa del Aid al-Adha. Si esta tregua se mantiene durante una semana, las fuerzas estadounidenses aceptarán colaborar en Rusia con el ejército ruso.

"Pensamos que la única solución realista y posible al conflicto es, al final de cuentas, una solución política", insistió Kerry este lunes. Opinó que era "demasiado pronto para sacar conclusiones" sobre la tregua en vigor desde hace unas horas en Siria.

"Exhorto a todas las partes a apoyar (la solución política) porque puede ser la última chance que se tenga de salvar a una Siria unida", sostuvo el jefe de la diplomacia estadounidense, que dedica todos sus esfuerzos en las últimas semanas de la administración del presidente Barack Obama a intentar relanzar un proceso diplomático para Siria.

"Todo el mundo está listo para aplicar rápidamente este acuerdo si se supera el piso (de una semana), pero también estamos listos a renunciar si la tregua no se mantiene", dijo por su lado un alto funcionario del Pentágono.

"Hubo mucha planificación pero todavía nada entró en vigor", agregó.

Incluso si la tregua se mantuviera siete días, ello no supondría que automáticamente comenzara la cooperación con Rusia, señaló un segundo funcionario del departamento de Defensa estadounidense. "Los plazos son cortos pero la desconfianza es grande", indicó.

Todos los responsables y expertos, del Pentágono o de fuera, consultados por la AFP en relación a una cooperación militar entre Washington y Moscú se expresaron bajo condición de anonimato.

La primera medida de colaboración que se concretaría, según lo previsto actualmente, sería la instalación de un "centro" para compartir informaciones sobre los blancos potenciales a bombardear.

El centro estaría en Ginebra, Suiza, y los norteamericanos se asegurarían de que la manera en que obtuvieron las informaciones sobre sus blancos no sea compartida con los rusos.

Al menos en un primer tiempo no habría operaciones aéreas conjuntas, y el intercambio de datos estaría limitado a una lista de blancos potenciales, indicó uno de los funcionarios consultados.

La tregua, que debería iniciarse este lunes prevé que el régimen sirio cese los combates en las zonas en que se hallan los rebeldes "moderados". Los yihadistas del Frente Fateh al-Cham y el grupo Estado Islámico (EI) no están comprendidos en ella.

"No tengo razones para mostrarme optimista sobre la posibilidad de que la tregua se mantenga. Pero si llegara a ser así, tenemos la obligación de que funcione lo mejor posible", afirmó un funcionario del Pentágono refiriéndose a la cooperación con sus colegas rusos.

Moscú se involucró en la guerra en Siria el año pasado y comenzó a llevar a cabo ofensivas aéreas para respaldar al gobierno del presidente Bashar al Asad. Estados Unidos encabeza a su vez una coalición internacional de alrededor de 60 países que combate a los yihadistas del EI en Irak y en Siria hace dos años.

Con el fin de evitar colisiones o incidentes entre aviones rusos y estadounidenses en cielo sirio, ambos países ya establecieron un protocolo de intervención.

Sin embargo, el nuevo acuerdo debería conducir a una colaboración más estrecha. Los funcionarios del Pentágono interrogados por la AFP señalaron que no hay ejemplos de ese tipo desde comienzos de siglo y muchos se mostraron incómodos por la sola idea de cooperar con Moscú.

"Los hechos hablarán por sí mismos. Se sabrá rápidamente si (los rusos) respetarán o no la tregua. Y nosotros actuaremos en función de ello", sostuvo otro funcionario.

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