Los misiles fueron lanzados desde una distancia de 1.000 kilómetros por aviones Tupolev-95MS, en una muestra de capacidad militar por parte de Rusia. Se trata de la sexta vez que las fuerzas rusas recurren en combate a este modelo de proyectil, que ya había sido utilizado en otras ocasiones contra Estado Islámico.
Los Kh-101 tienen un radio de alcance de 4.500 kilómetros y pueden ser equipados con ojivas nucleares, según la agencia de noticias oficial Sputnik. Los cazas Tupolev están preparados para transportar hasta doce proyectiles de este tipo, en función del modelo de avión del que se trate.
El Ministerio de Defensa ruso no ha aclarado el número de cazas que han participado en el último ataque, pero sí que han sido escoltados por Sukhoi-30SM que despegaron desde una base aérea en la provincia de Latakia. "Después de cumplir con éxito la misión, todas las aeronaves volvieron a sus bases", ha explicado el Gobierno.
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