Suu Kyi niega que haya suavizado su postura hacia el Ejército después de que su partido llegara al poder

  • La líder 'de facto' de Birmania, Aung San Suu Kyi, ha negado este martes que haya suavizado su postura hacia el Ejército del país después de que su partido llegara el año pasado al poder, en medio de las críticas por la campaña militar contra los rohingya en el estado de Rajine (norte).
EUROPA PRESS

"He permanecido firme ante el Ejército antes, y lo sigo haciendo ahora", ha dicho, en una entrevista concedida a la emisora estadounidense Radio Free Asia, recalcando que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) "nunca ha cambiado su postura".

Así, ha sostenido que el objetivo de su formación ha sido la reconciliación "desde el principio", explicando que "nunca se criticó al Ejército en sí mismo, sino a sus acciones".

Suu Kyi ha apuntado que la NLD seguirá intentando "introducir cambios" en la Constitución para retirar el veto del Ejército sobre las reformas legislativas a través de acciones en el Parlamento.

Por otra parte, ha dicho que Birmania quiere trabajar junto a la comunidad internacional para solucionar la crisis en Rajine, argumentando que "nadie puede vivir aislado en esta época".

"La globalización es la norma y necesitamos tener el valor suficiente para asociarnos a nivel global. Si prohibimos las visitas extranjeras, parecerá que tenemos algo que esconder", ha remachado.

Suu Kyi ha concedido la entrevista horas después de asegurar que no teme "hacer frente al escrutinio internacional" sobre la gestión de su Gobierno de la crisis en el estado de Rajine.

En su primer discurso nacional sobre la violencia desencadenada en Rajine tras los ataques del 25 de agosto de milicianos rohingya contra varios puestos de seguridad y la operación militar lanzada después, Suu Kyi dijo que la mayoría de los musulmanes no han huido y que la violencia ha terminado.

"Condenamos todas las violaciones de los Derechos Humanos y la violencia ilegal. Estamos comprometidos con la restauración de la paz, la estabilidad y el Estado de derecho en el estado", afirmó.

Suu Kyi, quien no se refirió sobre las acusaciones contra el Ejército, apuntó que "no ha habido enfrentamientos armados ni operaciones militares desde el 5 de septiembre".

Así, expresó su preocupación "por oír que musulmanes están huyendo a través de la frontera con Bangladesh", asegurando que las autoridades "quieren descubrir por qué está ocurriendo este éxito".

"Nos gustaría hablar con los que han huido y con los que se han quedado. Creo que se sabe poco acerca de que la mayoría de los musulmanes de Rajine no se han unido al éxodo", remachó.

CRÍTICAS A SUU KYI POR SU GESTIÓN

La premio Nobel de la Paz ha hecho frente a numerosas críticas por su postura durante la crisis y ha llegado a denunciar la existencia de "un gran iceberg de desinformación" para "crear problemas" y "beneficiar los intereses de los terroristas".

Las autoridades birmanas aseguran que las operaciones en Rajine tienen como objetivo luchar contra "terroristas", pese a las denuncias sobre ataques por parte de las fuerzas de seguridad contra civiles, entre ellos niños.

Más de 410.000 rohingyas han cruzado la frontera hacia Bangladesh desde el 25 de agosto por la ola de violencia que comenzó con una serie de ataques de milicianos rohingyas contra las fuerzas de seguridad birmanas y una contraofensiva militar que ha dejado al menos 400 muertos. Esta operación ha sido denunciada por la ONU como "limpieza étnica".

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, ha recordado recientemente que los rohingyas llevan décadas despojados de sus derechos civiles y políticos, también de los derivados de la ciudadanía.

En 2016, la oficina de Al Hussein publicó un informe basado en entrevistas a rohingyas que huyeron a Bangladesh por otra operación militar birmana que, según el alto comisionado, ya "sugería" que había ataques "generalizados y sistemáticos" contra los rohingyas, llegando a alcanzar "posiblemente" la consideración de "crímenes contra la Humanidad".

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