La UE alerta del excesivo peso de las milicias en los órganos de seguridad y su control de centros de detención

  • La misión civil de apoyo al control de fronteras de Libia de la UE (EUBAM Libia) ha alertado del excesivo peso de las milicias en los órganos de seguridad en el país y su falta de su control efectivo por parte del Gobierno de unidad nacional y ha denunciado las violaciones "graves" de Derechos Humanos en centros de detención bajo el control de las milicias, según un informe interno clasificado publicado por Statewatch.
EUROPA PRESS

La misión europea alerta de que el Departamento de Investigación General (GID) libio, el servicio de seguridad interno encargado de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado, "no tiene la organización, el marco legal, la capacidad y coordinación requerida" para responder a los desafíos y además está "dividido internamente entre los que se incorporaron tras la revolución y los gadafistas".

"La agencia está actualmente inmersa en una lucha política interna", reconoce la misión en su informe, en el que admite que "algunas milicias se han afiliado" a la misma y que aunque ésta apoya al Gobierno de unidad nacional también busca independencia del Ministerio del Interior.

La agencia, cuya presencia está limitada a la costa tripolitana y las montañas Nafusa y no tiene "ningún tipo de control en el sur, como la mayoría de la Administración central libia", ha pedido ayuda a la comunidad internacional para entrenar y equipar a la fuerza, que cuenta con entre 4.000 y 6.000 efectivos, de los cuales entre el 20 y el 25% se incorporaron tras la revolución contra el régimen de Gadafi. "Su falta de medios técnicos y personal entrenado indican que su capacidad operativa es limitada", avisa la misión.

"La derrota del Estado Islámico resultará con más probabilidad en el establecimiento de células clandestinas y el aumento consiguiente de la amenaza terrorista", ha alertado en su informe, en el que defiende ayudar "a corto plazo" al Gobierno legítimo libio a desarrollar "una capacidad eficaz y eficiente de coordinación antiterrorista" y no descarta "un apoyo posible a medio y largo plazo de consolidación de su capacidad" con asesoramiento, formación y "posiblemente también equipamiento".

La misión europea, actualmente replegada en Túnez por la falta de seguridad para volver a Trípoli, subraya la necesidad de incluir en dicha coordinación antiterrorista al GID, el Servicio de Inteligencia libio con el que no hay coordinación en la actual y que ha demostrado "interés" en cooperar con la UE y la Guardia Presidencial, todavía en fase de reclutamiento --los primeros 1.500 efectivos están siendo controlados-- y cuyo componente policial la UE no descarta entrenar. "La exención del embargo de armas sigue siendo una máxima prioridad para equipar a la GP", admite la misión.

Aunque la ONU ha reclamado formar a la Guardia Presidencial, la misión de la UE advierte de que el apoyo del Consejo Presidencial libio a la fuerza "no unívoco" ha provocado "retrasos" en su aprobación. "Estas disputas probablemente continuarán y socavarán la rápida puesta en marcha de la Guardia Presidencial", avisa la misión de la UE, que admite que Italia, pero también EEUU y Francia han mostrado interés en formar y equiparla, incluido en la lucha antiterrorista y fuerzas especiales.

ESCASO CONTROL DE LAS FUERZAS ARMADAS Y POLICÍA POCO OPERATIVA

También ha alertado de "el escaso o control cero sobre las Fuerzas Armadas" por parte del Ministerio de Defensa y "la pobre capacidad operativa" de la Policía, el 70% de cuyos miembros son antiguos miembros de milicias y no tienen suficientes equipos ni entrenadores cualificados.

"La infiltración de las milicias en el Ministerio del Interior y de actores motivados por la religión socavan un enfoque eficaz para el desarrollo institucional", ha alertado la misión, que admite la posibilidad de "considerar" aportar formación y equipos "a corto plazo" especialmente para las agencias de investigación penal pero que el eventual apoyo para la reforma institucional del Ministerio "requiere más información y análisis" dado el acceso "muy limitado" de la misión al mismo.

VIOLACIONES GRAVES DE DDHH EN CENTROS DE DETENCIÓN

La misión europea también ha alertado de que "centros de detención también están bajo el control de las milicias donde se denuncian frecuentes violaciones graves de los Derechos Humanos" y que incluso en los centros de detención bajo el control de los Ministerios del Interior, Defensa y Justicia "los grupos armados siguen implicados en muchas de las instalaciones", incluida la de Abu Salim, que controlan "plenamente" y se desconoce el número total de detenidos.

Se estima que son más de 9.000 solo en centros operados por el Departamento contra la Inmigración Irregular del Ministerio del Interior (DCIM) y el Ministerio de Justicia pero se desconoce cuántas personas están detenidas en centros controlados por las milicias. ACNUR apenas tiene acceso a diez centros bajo el control del DCIM, que sólo controla a 20 de los 31 centros bajo su control y el resto, las milicias.

"Tras cuatro décadas de dictadura, el establecimiento del Estado de Derecho, incluido el respeto por los Derechos Humanos, representa un desafío serio para el éxito de la reforma del sector de seguridad", avisa la misión europea, que alerta además de que "la corrupción es generalizada en Libia y hay una desconfianza pública significativa hacia la justicia", cuyo sistema penal necesita reformarse.

REFORMA NECESARIA DEL SISTEMA DE CONTROL DE FRONTERAS

La misión europea también advierte de que el sistema de gestión fronteriza y control de la inmigración en Libia "requiere de forma desesperada de reformas instituciones y legales" y admite que el cuartel general del organismo encargado del control de las fronteras aéreas, terrestres y marítimas "ha sido ocupado por las milicias y no puede ser utilizado". El único control de las fronteras terrestres, especialmente en el sur, lo realizan las comunidades locales, admite en su informe, que admite que se debe prestar más atención en el sur "para una solución durable".

El cuerpo de guardacostas libio, que sólo cuenta con cuatro patrulleros, "no tiene recursos suficientes ni personal entrenado para atajar las actividades ilegales como el tráfico de combustible o las redes criminales implicadas en la inmigración ilegal".

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