Varsovia inaugura una iglesia descomunal tras dos siglos de espera

Las principales autoridades religiosas y políticas de Polonia inauguraron este viernes el inmenso Templo de la Providencia Divina, la iglesia más grande de Varsovia, que la capital esperaba desde hace 225 años.

Una misa solemne en presencia del presidente Andrzej Duda y de la primera ministra Beata Szydlo fue la primera de una serie de ceremonias patrióticas por el 98º aniversario de independencia, que incluyen marchas organizadas por los nacionalistas de extrema derecha y por la oposición de izquierda.

Polonia, un país muy católico, quiso agradecer a Dios por su Constitución del 3 de mayo de 1791, un texto reformista. El parlamento votó la construcción de una basílica, cuya primera piedra se colocó en 1792. Pero el ejército ruso cruzó la frontera 15 días después, dando al traste con el sueño de una Polonia libre.

Recuperó su independencia el 11 de noviembre de 1918, lo que impulsó el proyecto, pero el ataque de las tropas de Hitler en 1939 volvió a impedirlo.

Después de 1945, las autoridades comunistas bloquearon el proyecto. Hubo que esperar a la caída del Muro de Berlín para que el primado de Polonia de entonces, cardenal Jozef Glemp, lo relanzara, añadiendo un nuevo motivo de agradecimiento a Dios: la libertad.

El viernes, el presidente del episcopado, arzobispo Stanislaw Gadecki, citó al papa Juan Pablo II para pedir un uso "responsable" de esta libertad, advirtiendo del riesgo de que genere en "violencia del más fuerte" o en "arrogancia del poder".

Las obras se financiaron don donativos de unas 100.000 personas, salvo el Museo Juan Pablo II situado en la planta alta y subvencionado por el Estado. Comenzaron en 2003 y costaron 50 millones de euros. Hacen falta otros siete millones para terminar elementos como la pintura y las vidrieras.

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