Acaba sin acuerdo reunión del Ejército tailandés con las partes enfrentadas

  • La reunión del jefe del Ejército de Tailandia, Prayuth Chan-Ocha, con representantes de los partidos gobernante y principal de la oposición, los manifestantes antigubernamentales y los progubernamentales, la Comisión Electoral y el Senado ha concluido sin acuerdo.

Bangkok, 21 may.- La reunión del jefe del Ejército de Tailandia, Prayuth Chan-Ocha, con representantes de los partidos gobernante y principal de la oposición, los manifestantes antigubernamentales y los progubernamentales, la Comisión Electoral y el Senado ha concluido sin acuerdo.

Los participantes se volverán a congregar mañana en el mismo escenario, el Club del Ejército, en Bangkok.

Los antigubernamentales asistieron con un equipo de cuatro personas dirigidas por su líder, Suthep Thaugsuban, viceprimer ministro del Partido Demócrata entre 2008 y 2011.

Los progubernamentales, agrupados en el Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, también conocidos como los "camisas rojas", enviaron a su jefe, Jatuporn Promphan, y cuatro dirigentes más.

El gobernante partido Puea Thai (De los tailandeses), acudió con cinco políticos, y el opositor Partido Demócrata se presentó con un número igual, encabezado por el ex primer ministro Abhisit Vejjajiva.

Completaron la convocatoria los presidentes de la Comisión Electoral, Supachai Somcharoen, y el Senado, Surachai Liangboonlertchai.

Un fuerte dispositivo de seguridad protegió el recinto de las conversaciones que se celebraron a puerta cerrada.

Después de ocho meses de manifestaciones en Bangkok y otras ciudades que han causado 28 muertos y más de 800 heridos, el jefe del Ejército tailandés declaró ayer la ley marcial para garantizar "la paz y el orden", evitar que estalle la violencia entre las movilizaciones progubernamentales y antigubernamentales y propiciar una salida a la crisis.

Las primeras ordenes de Prayuth fueron para que los manifestantes que se marchen a sus casas o para que permanezcan en sus campamentos y para cerrar diez canales de televisión afines a uno u otro bando.

El jefe del Ejército insiste en que no se trata de un golpe de Estado y, en principio, ha contado con la complacencia del Gobierno, la oposición e incluso los manifestantes, aunque se han negado a disolverse.

Tailandia sufre desde el golpe de Estado que derrocó al Gobierno de Thaksin Shinawatra en 2006 una grave crisis que se manifiesta con frecuentes protestas callejeras contra la Administración de turno.

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