La base iraquí de Qayyarah apunta con sus cañones a Mosul

En Qayyarah, los camiones apuntan a Mosul. Esta base militar arrebatada a los yihadistas del Estado Islámico (EI) se ha convertido en el principal centro logístico de las fuerzas iraquíes para la reconquista de la segunda ciudad de Irak.

Soldados y policías iraquíes, así como efectivos de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos, están desplegados en Qayyarah para disparar a los yihadistas y reconstruir la base.

"Es una zona de movilización de las unidades que participan en la liberación de la ciudad de Mosul y de los pueblos de los alrededores", último bastión del EI en Irak, explica Qusay Kadhim Hamid, uno de los responsables de la unidad de élite de las fuerzas de intervención rápida del ministerio del Interior iraquí.

El general Raed Tawfiq Jawdat, comandante de la policía federal, afirma que es la base de apoyo más importante para las fuerzas iraquíes que avanzan desde el sur hacia Mosul, una ciudad situada a 70 km al norte de Qayyarah.

Al menos 7.000 hombres de una coalición de 60 países se encuentran en Irak para contribuir en la lucha contra el EI. La mayoría son estadounidenses.

La base está rodeada por un talud con tanques y otros vehículos blindados. La mayor parte de los soldados y de los policías viven en carpas cubiertas por el polvo de esta región desértica.

Antes de perder la base en julio, los yihadistas del EI hicieron cuanto pudieron por impedir que las fuerzas iraquíes pudieran usarla. Destruyeron edificios y los muros de cemento y se las apañaron para que no se pudiera usar la pista de aviación.

"Hemos constatado muchos daños provocados intencionalmente por Dáesh (acrónimo en árabe del EI) para que la base sea completamente inutilizable", declaró a la AFP el comandante Chris Parker, un portavoz de la coalición internacional.

Cavaron trincheras en la pista y colocaron bombas a su alrededor. "Cuando llegamos vimos que era completamente inutilizable", afirma el comandante Parker.

A lo lejos se ve una nube de humo procedente de los pozos petroleros incendiados por el EI para protegerse de los bombardeos aéreos. A veces la humareda llega a la base y oscurece el cielo, como si se acercara una tormenta.

Las tropas de la coalición y de Irak trabajaron duro para reconstruir Qayyarah y la base se desarrolló "muy rápidamente", afirma el comandante Parker.

La aviación estadounidense terminó de reparar la pista que en el futuro servirá para el avituallamiento de las tropas.

Hay "mucho apoyo logístico que sale de aquí", según Chris Parker, y la base es "esencial para la liberación de Mosul".

La artillería estadounidense y francesa apunta a las posiciones del EI y también dispara bengalas luminosas y fumígenas en apoyo a las tropas iraquíes.

En otro lugar la señal "Rocket City" indica que allí se encuentran los lanzacohetes HIMARS estadounidenses, capaces de alcanzar al EI hacia el norte, incluso más allá de Mosul.

Cerca de allí está la artillería móvil Paladin. Los hombres que la maniobran se resguardan en carpas de camuflaje.

La base es más o menos segura, pese a que en el pasado fue blanco de disparos del EI. A medida que las tropas iraquíes se acercan a Mosul, la batalla y el peligro se alejan de Qayyarah.

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