Japón conmemora fin de Segunda Guerra Mundial entre críticas de Pekín y Seúl

  • Japón conmemora este sábado su capitulación sin condiciones el 15 de agosto de 1945, que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, entre críticas de sus vecinos y la visita de dos ministras al controvertido santuario de Yasukuni, donde se honran criminales de guerra, entre otros.

Haruko Arimura, ministra de políticas de Mujer, y su homóloga de Asuntos de Interior y Comunicación, Sanae Takaichi, llegaron hacia media mañana a este centro de culto sintoísta situado en el centro de Tokio, constató una periodista de la AFP.

Aunque el primer ministro japonés, Shinzo Abe, no visitará el sábado este santuario, considerado por China y Corea del Sur como un símbolo del pasado colonial de Japón, sí hizo llegar una ofrenda ritual, informaron medios japoneses.

Su visita a finales de 2013 provocó la ira de Pekín y Seúl, y las críticas de Estados Unidos.

Yasukuni rinde homenaje a unos 2,5 millones de soldados muertos, pero la cólera de los países vecinos de Japón procede de la inscripción en 1978, en secreto, de los nombres de 14 criminales de guerra condenados por los aliados.

"Vengo a homenajear a aquellos que se sacrificaron por su país" y "recé porque se mantengan los esfuerzos en favor de la paz en Japón y en el mundo", declaró Arimura a los periodistas.

"Se trata de una cuestión nacional y esto no debería generar problemas diplomáticos", subrayó, por su parte, Takaichi.

El emperador Akihito, hijo de Hirohito quien reinó durante la guerra, pronunció más tarde un discurso en presencia de Abe y de 7.000 personas en Budokan, en el centro de Tokio.

Akihito, quien nunca visitó Yasukuni, expresó sus "profundos remordimientos" por el papel de su país durante la Segunda Guerra Mundial, una novedad según los medios de comunicación japoneses.

La última visita a Yasukuni de un jefe de gobierno en ejercicio un 15 de agosto remonta a 2006. Entonces, el conservador Junichiro Koizumo se convirtió en el único en realizar este gesto el día de la capitulación, junto a otro jefe de gobierno de derecha, Yasuhiro Nakasone, en 1985.

Para el parlamentario Koichi Hagiuda, consejero del primer ministro, Abe "estimó preferible no venir, pero sus sentimientos hacia Yasukuni y su reconocimiento a los muertos durante la guerra permanecen intactos".

Estas conmemoraciones llegan un día después de la declaración oficial del primer ministro japonés, quien expresó su "pésame eterno" por las víctimas de la guerra y calificó de "irrevocables" las disculpas presentadas anteriormente por Japón por sus actos, en particular en el continente asiático.

El jefe de gobierno conservador, cuyas declaraciones se esperaban con impaciencia en China y en las dos Coreas, también instó a eximir a las generaciones futuras de disculparse, lo que provocó la ira de sus vecinos.

"Japón ha expresado en reiteradas ocasiones sus sentimientos de profundo remordimiento y sus sinceras disculpas por sus actos durante la guerra", dijo el viernes por la noche el primer ministro conservador de 60 años.

No obstante, "en Japón, más del 80% de la población nació después de la guerra", recordó. "No debemos permitir que nuestros hijos, nietos y las generaciones futuras, que nada tienen que ver con la guerra, estén predestinadas a disculparse", afirmó.

Aunque Estados Unidos y Reino Unido alabaron las declaraciones de Abe, sus vecinos asiáticos, que sufrieron el colonialismo japonés y las atrocidades del ejército imperial durante la primera mitad del siglo XX, reaccionaron con amargura.

"Este discurso no implicará un deterioro de las relaciones entre China y Japón, pero tampoco contribuirá a mejorarlas significativamente", escribió este sábado el diario Global Times, próximo al Partido Comunista chino, un día después que la cancillería china instara a Japón a pedir "disculpas sinceras" y a "romper de manera clara con su pasado de agresor militarista".

Corea del Norte condenó más firmemente las declaraciones de Abe, en las que vio una "burla imperdonable al pueblo coreano", mientras que Corea del Sur instó el sábado a Tokio a poner en marcha "acciones sinceras" para lograr la confianza de sus vecinos.

Hace 70 años, Hirohito habló por primera vez en radio para anunciar la rendición de Japón, pocos días después de los bombardeos nucleares sobre Hiroshima (6 de agosto) y Nagasaki (9 de agosto).

Siete décadas después de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, su expansión militar entre 1910 y 1945 continúa envenenando las relaciones con China y Corea del Sur, que analizan cada aniversario las declaraciones y los gestos de los políticos japoneses.

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