La violencia azota la capital yemení entre denuncias de intento golpista hutí

  • La lucha entre el movimiento rebelde hutí y el Ejército yemení marcó hoy un punto y aparte con el estallido de duros combates en torno a la sede de la televisión oficial, en la capital Saná, donde murieron decenas de personas.

Jaled Abdalá

Saná, 19 sep.- La lucha entre el movimiento rebelde hutí y el Ejército yemení marcó hoy un punto y aparte con el estallido de duros combates en torno a la sede de la televisión oficial, en la capital Saná, donde murieron decenas de personas.

Ante la escalada de la ofensiva insurgente, que comenzó el mes pasado, el presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, denunció una "intentona golpista" y aseguró que los hutíes pretenden "derrocar al Estado".

"Lo que está pasando confirma que los lemas que esgrimieron (los hutíes) como reivindicaciones populares eran una cobertura", dijo Hadi, que alertó de las "intenciones ocultas" de los rebeldes.

Los enfrentamientos, en los que también participaron milicianos suníes del Partido la Reforma en apoyo de las fuerzas de seguridad, se desarrollaron principalmente en el barrio de Al Yaraf, en el norte de la capital y feudo de los insurgentes chiíes.

Decenas de milicianos hutíes murieron en los choques, según informó en su cuenta oficial de Twitter el movimiento rebelde, conocido como "Ansar Alá" (Seguidores de Dios), mientras se desconocen las bajas en las filas del Ejército.

Refuerzos militares, incluidos blindados y carros de combate, se desplegaron en los alrededores de la sede de la televisión, que fue bombardeada por los hutíes en las últimas horas.

Ese edificio, situado en una colina en Al Yaraf, alberga los tres canales oficiales, que tuvieron que suspender sus emisiones debido a la violencia.

Las comunicaciones telefónicas y de internet también se cortaron temporalmente durante esta jornada en la capital.

Los combatientes chiíes se retiraron de los alrededores del edificio de la televisión ante el avance militar en Al Yaraf, adonde se dirigió el propio ministro yemení de Defensa, Mohamed Naser Ahmed.

Tras comprobar el estado de las fuerzas del Ejército que protegen la sede de la televisión, Ahmed advirtió de que "la institución militar no se quedará de brazos cruzados ante los que intentan perjudicar la seguridad y estabilidad y dañar los intereses de la patria".

Fuertes explosiones se oyeron hoy en Al Yaraf, donde las calles permanecieron desiertas y los locales comerciales cerrados, según pudo constatar Efe.

En este barrio, bastión de los hutíes en la capital, están apostados desde hace un mes cientos de combatientes del movimiento rebelde, que han almacenado armas en la zona.

Los hutíes han tomado además el control de distritos vecinos a Al Yaraf, algunos de los cuales se encuentran cerca del Aeropuerto Internacional de Saná.

La Autoridad de la Aviación Civil yemení anunció que las aerolíneas suspendieron sus vuelos a Saná a partir de la medianoche de ayer durante 24 horas, una medida que será evaluada.

Fuentes de seguridad informaron a Efe de que los hutíes dominan asimismo la parte septentrional de la calle Al Setin, que está ubicada en el centro de Saná y conduce a la residencia presidencial.

Por su parte, la fuerza aérea yemení bombardeó por primera vez zonas dentro de la capital, en el barrio Al Talatin, escenario el jueves de combates.

Esta escalada de la violencia se produjo después de que ayer murieran 24 milicianos chiíes en una emboscada del ejército y en bombardeos cerca de Saná.

El movimiento chií comenzó el pasado mes una ola de manifestaciones para exigir la renuncia del actual Gobierno y la restitución de los subsidios a los combustibles.

Para las autoridades, estas demandas tan solo encubren las intenciones de los rebeldes de hacerse con más poder, por lo que hasta ahora los acuerdos alcanzados para poner fin a la crisis han acabado en fracaso.

El enviado especial de la ONU para Yemen, Yamal Benomar, mantuvo hoy de nuevo reuniones en la ciudad septentrional de Saada con el líder de los rebeldes, Abdel Malek al Huti.

No logró que Al Huti firmara un acuerdo de paz, aunque puede que este sea rubricado en Saná en presencia de todas las fuerzas políticas, como piden los insurgentes.

El pacto estipula la formación de un nuevo Ejecutivo que incluya a los hutíes y la rebaja en los precios de los combustibles, similar a los negociados en las últimas semanas.

Los hutíes, que se alzaron en armas en 2004 dirigidos por Husein al Huti, padre del actual líder, controlan desde 2010 la provincia de Saada y tratan de ampliar las zonas bajo su dominio.

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