¿Está prohibido el alcohol en Irak? Para nosotros no, dicen los kurdos

Los puestos de bebidas están abiertos "como de costumbre" en la región autónoma del Kurdistán iraquí, donde las autoridades se niegan a aplicar la prohibición de producción, venta e importación de alcohol decidida por Bagdad.

Esta prohibición se ha incluido subrepticiamente el sábado por la noche en un proyecto de ley sobre los municipios.

El presidente iraquí, Fuad Masum, pidió que se revise la normativa, por considerar que la forma en la que se ha añadido el artículo es incompatible con "los principios democráticos".

Entre tanto, en el Kurdistán, una provincia de tres regiones del norte de Irak que dispone de gobierno, de fuerzas de seguridad y de bandera propios, muchos están decididos a ignorarla.

"No reconocemos este tipo de leyes" que "no se aplicarán en el Kurdistán", afirma Farsat Sophie, miembro de la comisión legislativa del parlamento regional kurdo.

El ministro de Cultura regional está de acuerdo con él. "Esta decisión es contraria a la democracia y a las libertades individuales", protesta Jalid Doski.

En la práctica, Bagdad no tiene los medios de hacer aplicar la medida en el Kurdistán si las autoridades kurdas deciden hacer caso omiso de la legislación.

El islam prohíbe el consumo de alcohol pero en Irak es bastante frecuente, incluido en Bagdad, donde muchas tiendas lo venden.

Si la prohibición, que aún no ha entrado en vigor, se aplica en todo el país salvo en el Kurdistán, se fomentará un mercado negro de alcohol desde esa región hacia las zonas controladas por el gobierno federal.

Raed Basel Hana, propietario de un puesto de alcohol en Ainkawa, juzga que las autoridades iraquíes deberían concentrarse en "mejorar las condiciones de vida de la población y sacarla de la pobreza" en vez de "tomar decisiones que no benefician a nadie".

Irak, donde decenas de miles de soldados participan en una ofensiva para arrebatar la ciudad de Mosul al grupo Estado Islámico (EI), se enfrenta a múltiples problemas, como una crisis económica por la caída de los precios del petróleo.

En cualquier caso "contamos con la aprobación del gobierno de la región y trabajamos como de costumbre", afirma Hana, que vende alcohol desde hace más de 25 años.

Además "la mayoría de los que apoyaron esta decisión beben alcohol", añade con una sonrisa.

Otro vendedor, que no quiere ser identificado, asegura que "la mayoría" de sus clientes "son musulmanes".

En Bagdad el futuro de la prohibición es más difuso. Según la Constitución, el presidente -que ha criticado la medida sin mencionarla específicamente- tiene el poder "de aprobar leyes votadas por la cámara de representantes", pero no se precisa si puede rechazarlas.

Yonadam Kana, un político cristiano influyente, está furioso por la votación del sábado y advirtió que llevará el caso ante un tribunal federal.

El alcohol no suele estar disponible en los hoteles y restaurantes de Irak, pero los jóvenes lo toman sentados a orillas del río o en los puentes del Tigris.

Varias compañías iraquíes fabrican alcohol, como cerveza Farida o el arak Asriya (anisado).

Los establecimientos de venta de alcohol suelen cerrar durante el Arbain, el periodo de 40 días que siguen a la fecha en la que los iraquíes chiitas conmemoran la muerte de Husein, el nieto del profeta de Mahoma e hijo del imán Alí. Y también durante el mes de ayuno del ramadán, lo que significa que los trabajadores del gremio pasan dos meses al año en paro.

Algunos lo venden también durante las festividades religiosas pero se exponen a ataques de las milicias.

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