Chile y Bolivia escalan su eterno conflicto

Acusaciones de trato fascista, discriminación y practicas piratas de un lado y de montar una "operación mediática" en tierras extranjeras por el otro. Las relaciones entre Chile y Bolivia nunca fueron fáciles pero ahora escalaron a un escenario pocas veces visto y sin perspectivas de una pronta solución.

Con hostilidades que se extienden desde la guerra que los enfrentó a fines del siglo XIX, en la que Bolivia perdió su acceso al mar en manos de Chile, las relaciones formales entre dos vecinos están rotas desde 1978 y se mantienen solo a nivel consular.

Pero con dos demandas en trámite en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el intercambio de varias notas de protestas y el anuncio el martes por parte de Chile de la exigencia de visa para el ingreso al país de autoridades diplomáticas bolivianas, el conflicto escaló a un escenario casi inédito.

Chile resolvió caducar un convenio sobre visas para diplomáticos que regía desde 1995 en atención al "abuso a la generosidad del pueblo chileno" tras la visita que lunes y martes realizó el canciller boliviano, David Choquehuanca, a los puertos de Arica y Antofagasta, sin invitación previa y con el fin de "inspeccionar" el libre tránsito de mercancías bolivianas, consagrado en el tratado de 1904.

La visita "ha demostrado ser una operación mediática para intentar desafiar la soberanía chilena y amplificar las falsedades que ya le conocemos al Gobierno boliviano", acusó Chile.

Eso, después que en territorio nacional y acompañado de una delegación de casi 60 personas, Choquehuanca denunció trato "discriminatorio" y "atropellos" hacia las cargas bolivianas, mientras que en La Paz, el presidente Evo Morales habló de actitudes "fascista" y "racistas" por parte de Chile.

"Ahora el mundo entero sabe qué trato recibimos de Chile, sobre todo de algunas autoridades", abundó este miércoles Morales al recibir y felicitar en el palacio presidencial a Choquehuanca.

Después que a mediados de junio Chile resolvió pasar al ataque y presentar una demanda en contra de Bolivia en La Haya por el uso de las aguas del rio Silala, la tensión entre ambos países ha ido en aumento, sin perspectivas de una pronta solución.

"Para Chile, el tema de Bolivia recién está comenzando. Chile debería esperar más acciones y operaciones de esta naturaleza, donde el hostigamiento se va a mantener y va a complejizar el manejo y movimiento de la política exterior chilena", advirtió el analista Guillermo Holzmann a la AFP.

A su juicio, responde a "una operación que se inserta en una estrategia política y diplomática orientada a plantear una hostilidad permanente contra Chile, para desde ahí plantarse frente al mundo como un país victimizado".

El periodista Ascanio Cavallo, a cargo de la estrategia de comunicaciones chilena frente a la demanda en La Haya, coincide en que "es irreversible esta actitud beligerante".

"El gobierno de Evo Morales ha tomado la actitud que efectivamente pareciera no tener vuelta y que va a dañar las relaciones entre Chile y Bolivia con una profundidad que no conocíamos", escribió Cavallo en el diario La Tercera.

El canciller chileno Heraldo Muñoz también cree que se trata de uno de los peores momentos: "Ningún gobierno boliviano llevó a la relación con Chile a un nivel tan bajo en 100 años", afirmó el martes.

El nuevo pleito viene a poner más presión entre dos países que ya se enfrentan con dos demandas en la Corte de La Haya, el máximo órgano de justicia de las Naciones Unidas, en una estrategia de judicialización del conflicto que estaría lejos de detenerse.

En 2013, en pleno gobierno en Chile del derechista Sebastián Piñera, Bolivia presentó la primera demanda en que exige se le obligue a los gobiernos chilenos negociar la salida al mar perdida.

Con esa estrategia echó por tierra una agenda de trabajo de 13 puntos -que incluía el tema marítimo- iniciada durante el primer gobierno de la socialista Michelle Bachelet (2006-2010), cuando los vínculos entre ambos países gozaron de una mayor vitalidad.

La semana pasada, Chile presentó los argumentos con los que rechaza esa demanda, mientras prepara las evidencias de otra denuncia que presentó en el mismo tribunal por el uso de las aguas del rio Silala, que considera binacional y de uso compartido.

Bolivia advirtió por su parte que podría presentar otra denuncia por el río Lauca, que está en territorio chileno y que denuncia que fue desviado intencionalmente por Chile.

pa/cd

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