EL GOBIERNO TURCO ACUSA A LA UE DE “DOBLE MORAL” POR CONSTRUIR “MUROS” Y “BARRERAS” ENTRE “CULTURAS” Y “RELIGIONES”

El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, destacó este jueves que su país está “harto” de la “doble moral” de la Unión Europea por ser un club en el que se están expandiendo movimientos que abogan por construir “muros” y “barreras” entre “culturas” y “religiones”.
Así se pronunció el ministro durante la conferencia que protagonizó en Madrid organizada por el Real Instituto Elcano sobre cuestiones de actualidad en Turquía y en la región. Durante su alocución, el jefe de la diplomacia turca defendió que la entrada de su país en la UE es una “decisión estratégica” y no un “capricho”, ya que Turquía y Bruselas están conectadas en materia de seguridad, política exterior y en el ámbito energético.
A tenor de que muchos líderes comunitarios se oponen a que Turquía ingrese en la Unión Europea, Çavusoglu les acusó de preferir “ganancias a corto plazo” en lugar de “estrategias a largo plazo”. Esto le permitió contrastar esta visión con la de los fundadores de la UE, a quienes calificó de “visionarios” por haber tendido puentes entre democracias tras la Segunda Guerra Mundial y por haber integrado en su seno a países como España, que salía de una dictadura, y a las democracias que nacieron tras la caída del Muro de Berlín.
A su vez, alertó de que en los Estados miembros han enraizado una serie de movimientos que apuestan por un “mayor aislamiento” y “discriminación”, que rechazan los valores de la UE y se dedican a construir “muros” y “barreras” entre “culturas” y “religiones”.
“Esa no es la Europa que conocemos y que queremos. Estas políticas la convertirían en el continente enfermo”, sentenció.
RECUPERAR ESENCIA UE
El ministro turco dejó claro que no se pueden “imponer” políticas e ideologías “sin respetar a las minorías”, por lo que apeló a la necesidad de que se recuperen los “valores iniciales” de la UE: la inclusividad y el respeto a las diferencias.
Afeó que muchos Estados miembros –sin citar a ninguno en particular- critiquen a Turquía cuando “algunos” impiden al millón de turcos que viven en su territorio hacer campaña en su lengua madre. “Turquía no se merece que se le trate como un país de segunda y que se considere a sus ciudadanos como ciudadanos de segunda”, exclamó.
Çavusoglu aseveró que la política exterior y económica, así como el anhelo de integración en la UE “han fracasado”. No obstante, afirmó que Europa tiene “muchas oportunidades” y “muchos retos” que afrontar conjuntamente, al tiempo que lo definió como el continente “más democrático, estable y seguro”.
A pesar de estas palabras, el ministro turco mostró su malestar ante el hecho de que Turquía y Croacia empezaron juntas en 2005 las negociaciones de adhesión a la UE y actualmente éste país ya es Estado miembro de pleno derecho, mientras que el proceso de integración del país otomano está estancado.
“Queremos ser miembros, pero si la UE cambia de opinión o no quiere que seamos parte son ellos quienes tienen que decirlo”, dijo.
De hecho, afirmó que si lo que preocupa en Bruselas es la deriva de la política exterior turca, su país puede preguntar abiertamente a la Unión Europea si ellos no han cambiado las directrices que rigen la suya. “Estamos un poco hartos de esta doble moral”, advirtió.
"¿Por qué les preocupa la política exterior turca? ¿Les cuestionamos nosotros si están cambiando los parámetros de su política exterior? Estamos un poco hartos de esta doble moral", adujo.
GENEROSIDAD TURCA
Respecto de la escala de tensión entre Turquía y Grecia, el ministro turco reconoció los “problemas” y “diferencias” con el país heleno sobre algunas islas y demandas territoriales, si bien explicó que ha habido contactos diplomáticos con Atenas para “aliviar” el malestar causado.
Por otra parte, presentó a su país como el segundo donante más importante tras la ONU en ayuda a refugiados y como el “actor más generoso” en cuanto al porcentaje de PIB que destina a cooperación al desarrollo. “La generosidad es uno de los pilares fundamentales de la política diplomática turca”, resaltó.
Por último, tuvo un guiño hacia España, país al que concedió que usa la diplomacia para “extender la paz, la prosperidad y la estabilidad en el mundo”.

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