Petróleo: dificultades de Venezuela obligan a Cuba a reaccionar

La disminución de los suministros de petróleo que Venezuela entrega a Cuba con facilidades de pago plantea la amenaza de una crisis energética en la isla, forzándola a buscar nuevas rutas de suministro.

En julio, el presidente Raúl Castro confirmó persistentes rumores sobre la "contracción" de las entregas de petróleo desde Venezuela, país amigo sumido en una profunda crisis económica y política.

"Lógicamente ello ha ocasionado tensiones adicionales en el funcionamiento de la economía cubana", ya afectada por la caída de los precios de las materias primas y las dificultades que encaran otros socios como Brasil, admitió Raúl Castro, sin cuantificar esa caída.

Ante el temor de la escasez, el gobierno cubano llamó a las entidades estatales no productoras de bienes a apretarse el cinturón, con una drástica reducción del 50% del consumo de combustible y electricidad.

Según expertos, la disminución de los envíos de petróleo venezolano podría alcanzar hasta el 40% de los cerca de 100.000 barriles diarios que Caracas suministraba a La Habana desde hacía más de una década.

La primera consecuencia de esta baja fue que la economía cubana creció apenas 1% durante el primer semestre del año, la mitad de lo previsto.

Algunos economistas ya avizoran el espectro de la recesión en el horizonte 2017-2018, explicando que una factura petrolera en alza puede desequilibrar la balanza de pagos de la isla. Además, temen al impacto de las restricciones en la productividad de la economía nacional y el turismo, nuevo motor de la economía cubana.

"El impacto que enfrentará la economía cubana a partir de 2016 será agudo, dilatado, y en cualquier escenario, parece que llevaría al país a una recesión", dijo en un reciente estudio el economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Colombia.

Cuba produce el 45% de sus necesidades de petróleo. El crudo cubano es pesado y solo puede usarse en la generación eléctrica y la producción de derivados.

Entre el puñado de compañías extranjeras que buscan petróleo en Cuba está MEO Australia, que anunció en junio haber descubierto un yacimiento de petróleo en tierra de más de 8 millones de barriles de crudo en el noroeste de la isla.

Pero los ejecutivos de MEO moderaron su entusiasmo inicial, precisando que ese estimado, para una zona ya explorada, estaban por confirmarse. Las autoridades cubanas guardan silencio sobre el tema.

A corto plazo, la salvación podría llegar de la mano de socios tradicionales, como Argelia.

Varios medios de comunicación informaron esta semana que la compañía estatal argelina Sonatrach planea despachar a la isla unos 515.000 barriles en octubre próximo. Esta información no pudo ser confirmada por la AFP con la empresa argelina.

Según la agencia rusa Interfax, Raúl Castro también ha pedido ayuda a su homólogo ruso, Vladimir Putin, y el tema de las posibles entregas de petróleo fue abordado en la reciente visita a la isla del jefe de la diplomacia iraní, Javad Zarif.

Estos esfuerzos diplomáticos aún no han dado resultados, pero expertos consultados por la AFP descartan la amenaza de un nuevo "período especial" como el que Cuba sufrió en la década de 1990, cuando la retirada brusca de la ayuda soviética puso al país al borde de la quiebra y sumió a los cubanos en la agonía de la escasez.

En ese sentido, señalan que Cuba es hoy menos dependiente de Caracas de lo que lo fue de Moscú. Además, el turismo cubano se ha disparado tras la reconciliación con Estados Unidos, iniciada a finales de 2014, y isla ha regularizado sus cuentas con la mayoría de sus acreedores.

"Dudo que el período especial vuelva a repetirse. Pero las expectativas de los cubanos y su fe en el gobierno también son diferentes a las de hace 25 años", dijo Paul Webster Hare, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Boston.

"Hoy (...) se dan cuenta de que los esfuerzos de Raúl (Castro) para modernizar la economía han producido resultados insignificantes. Los cubanos saben que Estados Unidos ya no es el enemigo jurado. Y a diferencia de Fidel en 1994 (las autoridades) no pueden pedir más sacrificios", añade el ex diplomático británico.

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