Turquía atacó duramente al embajador estadounidense en Ankara después de que la embajada expresara su preocupación por el despido de cerca de 30 alcaldes por sus supuestos vínculos con los rebeldes kurdos.
En un comunicado emitido el domingo, la embajada de Estados Unidos mostró su preocupación por los enfrentamientos en el sureste entre manifestantes y policía después de que 28 alcaldes fueran apartados del poder, supuestamente por tener vínculos con el prohibido Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
La embajada llamó a convocar elecciones anticipadas para reemplazar a los alcaldes despedidos, que habían sido elegidos en las elecciones de 2014, "de acuerdo con la ley turca".
El comunicado es "inaceptable, especialmente para países independientes", afirmó el ministro de Interior, el ministro Suleyman Soylu, que atribuyó los comentarios al embajador, John Bass.
Soylu afirmó que su "forma de hablar, como intentando provocar... nos ha molestado", señaló, y aseguró que advertiría a la administración para que al embajador fuera llamado al orden.
El ministro de Exteriores Mevlut Cavusoglu criticó duramente el comunicado de la embajada y recordó que el embajador estadounidense no es "un gobernador" o "el jefe" de Turquía.
Los diplomáticos estadounidenses en el puesto de embajador en Ankara se encuentran siempre en una posición sensible, por las complejas relaciones bilaterales entre los dos socios de la OTAN.
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