Región belga mantiene veto a acuerdo comercial con Canadá pese a presión de la UE

La pequeña región belga de Valonia se mantenía este viernes firme en su rechazo al acuerdo comercial UE-Canadá (CETA), pese a las presiones de los europeos que esperan un desbloqueo "en los próximos días" de este espacio de libre comercio de unos 550 millones de habitantes.

"Se hicieron avances significativos, especialmente en el dossier agrícola", pero estos son "insuficientes", dijo a los diputados regionales el presidente valón Paul Magnette, tras negociar con la ministra canadiense de Comercio Internacional, Chrystia Freeland.

La UE intenta alcanzar in extremis este tratado con Canadá, cuya firma tenía prevista el próximo jueves en Bruselas en presencia del primer ministro canadiense Justin Trudeau. Para ello, todos los países del bloque deben comunicar antes su acuerdo.

Bulgaria y Rumanía, dos de los países reticentes, dieron su visto bueno este viernes, después que Canadá les garantizara por escrito la exención de visados para su ciudadanos que viajen a este país, informaron sus respectivos gobiernos.

Todas las miradas se centran ahora todavía más en Valonia, una región de unos 3,6 millones habitantes con una industria perjudicada por los efectos de la globalización, que impide al gobierno belga dirigido por el liberal Charles Michel dar su aprobación.

El presidente del ejecutivo europeo, Jean-Claude Juncker, no pierde la esperanza en hallar "una solución en los próximos días con nuestros amigos valones". El CETA, negociado durante siete años, es "el mejor que hemos podido concluir hasta el momento", reiteró.

Las negociaciones con Valonia se han incrementado en los últimos días y Magnette, pese a mantener su 'no', no cierra la puerta a una solución en los próximos días, vista "la voluntad de avanzar".

Las reticencias valonas pasarían ahora por el mecanismo de arbitraje, destinado a solucionar futuros conflictos entre países y multinacionales, así como avances insuficientes "en los servicios públicos", según el presidente regional.

La UE se juega con el CETA su credibilidad para alcanzar futuros acuerdos de libre comercio con otras regiones como los que negocia actualmente con Estados Unidos, conocido como TTIP, o con los países del Mercosur.

"La posición internacional de la UE sufrirá mucho, si falla el CETA", aseguró Guntram Wolff, director del centro de análisis Bruegel con sede en Bruselas.

A su juicio, el "error" de los europeos reside en el denominado "procedimiento mixto" que necesita el visto bueno de todos los países del bloque para lograr un acuerdo y, en el caso de Bélgica, de los parlamentos regionales.

Para Guntram, la UE, con unos 550 millones de habitantes, no puede permitirse que "unos 3 millones de personas" puedan bloquear un acuerdo de libre comercio.

Al término de la cumbre, los mandatarios europeos se esforzaron en subrayar los beneficios para el empleo y el crecimiento económico de este tipo de acuerdos de libre comercio.

El acuerdo comercial con Canadá, negociado durante siete años, prevé un aumento del comercio total de bienes y servicios entre ambas regiones de un 20%, según sus defensores.

Casi todos los productos, excepto algunos agrícolas como la carne de vacuno o de cerdo, no pagarán derechos de aduana y las empresas europeas podrán acceder a las licitaciones públicas canadienses.

Sin embargo, sus detractores denuncian la falta de transparencia de las negociaciones con Ottawa y temen que siente un precedente para el acuerdo que Bruselas negocia actualmente con Washington, mucho más ambicioso.

Mostrar comentarios