GIBRALTAR. MARGALLO VISITARÁ EL MARTES EL CAMPO DE GIBRALTAR PARA HABLAR DEL IMPACTO DEL ‘BREXIT’ Y DEL PEÑÓN

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación en funciones, José Manuel García-Margallo, visitará el próximo martes el Campo de Gibraltar con el propósito de tratar todos los asuntos relacionados con el impacto que el ‘Brexit’ puede tener sobre esta comarca y con el Peñón, según confirmaron a Servimedia fuentes diplomáticas.
Margallo pretende minimizar los impactos que el ‘Brexit’ tendrá sobre la comarca, cuyo tejido productivo se verá muy afectado por la salida del Reino Unido de la UE al mantener una relación comercial muy fluida con Gibraltar, así como reiterar la oferta de cosoberanía sobre el Peñón.
En esta línea, el alcalde de Algeciras (Cádiz), José Ignacio Landaluce, comentó hoy que ese día el ministro mantendrá una reunión en la sede de la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar, sita en el municipio que dirige, con los regidores de las localidades de esta comarca y con representantes de la Junta de Andalucía.
Esta visita se produce después del encuentro que este jueves mantuvieron en el Palacio de la Moncloa el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y la primera ministra británica, Theresa May, que asumió el poder para gestionar la salida del Reino Unido de la UE tras la renuncia de David Cameron por la derrota en el referéndum sobre el ‘Brexit’.
COSOBERANÍA
De hecho, el propio Margallo ha remitido una carta a sus colegas europeos en la que les reclama “apoyo y comprensión” para que Gibraltar quede excluida de las negociaciones para establecer un nuevo marco de relaciones entre la UE y el Reino Unido tras el triunfo del ‘Brexit’.
Con este movimiento el ministro pretendía dar a conocer al resto de cancillerías europeas la posición de España en la futura negociación para la salida del Reino Unido de la UE, con especial hincapié en la situación de Gibraltar.
La carta iba acompañada de un documento en el que se resumen los aspectos históricos y jurídicos más destacados de la controversia entre España y el Reino Unido, así como los relativos a las negociaciones bilaterales habidas en el pasado, singularmente con motivo del ingreso de España en las entonces Comunidades Europeas.
En su misiva, Margallo rogaba a sus colegas europeos "apoyo y comprensión" para que todo lo concerniente al contencioso con Gibraltar se resuelva mediante negociaciones bilaterales previas entre España y el Reino Unido.
España defiende que el ‘Brexit’ provoca que los tratados comunitarios dejen de ser aplicables en Gibraltar, por lo que cree que la cosoberanía es la única opción viable para desencallar esa situación, siguiendo la línea de lo abordado entre ambos países en 2002, cuando más cerca estuvo de lograrse un acuerdo.
En caso de que Londres aceptara esa fórmula, según el Ejecutivo español, los gibraltareños mantendrían su prosperidad y estabilidad y los tratados de la UE seguirán aplicándose en el Peñón.
Por su parte, los gibraltareños se beneficiarían de un estatuto personal que les permitiría adquirir la nacionalidad española y mantener la británica. Además, aplicando lo establecido en el artículo 144 de la Constitución, Gibraltar contaría con una suerte de estatuto de autonomía que le permitiría tener un alto nivel de autogobierno, salvo en cuestiones de defensa y asuntos exteriores, competencias que compartirían España y Reino Unido.
CARTA A LONDRES
Al mismo tiempo, el ministro remitió otra misiva a su homólogo británico, Boris Johnson, en la que le insistía en la necesidad de mantener una reunión que diese continuidad a lo tratado en Bruselas por ambos el pasado mes de julio.
En ese texto, Margallo insiste en que la retirada del Reino Unido de la UE plantea problemas específicos sobre Gibraltar que, explica, es una cuestión sensible en España. A su juicio, la no aplicación de los tratados comunitarios motivada por el ‘Brexit’ creará grandes dificultades a los gibraltareños y a los habitantes del Campo de Gibraltar.
Por ello, propuso a Johnson acordar conjuntamente la mejor solución para los dos países y para los habitantes de la población de Gibraltar y los del Campo de Gibraltar, que ha de permitir la continuación de la aplicación de los tratados comunitarios en el Peñón.
Así pues, le invitaba a retomar las negociaciones que en su día mantuvieron España y Reino Unido a partir de la Declaración de Bruselas de 1984, acordada en el marco del ingreso español en la UE.
Ese texto sentó las bases de un nuevo proceso negociador encaminado a solucionar todas las diferencias sobre el Peñón, incluidos los asuntos relacionados con la soberanía.
Este movimiento del jefe de la diplomacia española provocó una respuesta airada del ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, quien llegó a afirmar que “España no pondrá jamás la mano” en el Peñón.
Estas declaraciones fueron replicadas por el propio Margallo, que aseguró que “la mano no, pondré la bandera, y mucho antes de lo que Picardo cree”. De hecho, adelantó que la enseña nacional podría colocarse en el Peñón en un plazo de cuatro años.

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