Presidente marfileño nombra primer ministro a dirigente de un partido aliado

  • El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, designó hoy nuevo primer ministro a Jeannot Ahoussou Kouadio, destacado dirigente de un partido que le respaldó en las elecciones presidenciales de 2010.

Abiyán, 13 mar.- El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, designó hoy nuevo primer ministro a Jeannot Ahoussou Kouadio, destacado dirigente de un partido que le respaldó en las elecciones presidenciales de 2010.

Kouadio, del Partido Democrático de Costa de Marfil (PDCI), sucede en el cargo a Guillaume Soro, elegido este lunes presidente de la nueva Asamblea Nacional formada tras los comicios legislativos del pasado diciembre, en los que la Agrupación de los Republicanos (ADR), de Ouattara, logró 138 de los 252 escaños en liza.

De esa manera, el presidente cumple una promesa hecha durante las elecciones de 2010: dar el puesto de primer ministro a un miembro del PDCI.

Abogado de profesión, el nuevo mandatario, de 61 años, era ministro de Justicia en el anterior Gabinete.

Entre las prioridades del recién nombrado figura el preocupante problema de las seguridad, agravado en los últimos meses por las bandas de atracadores de vehículos de transporte público y privados, así como por el aumento de casos de robos en domicilios.

Kouadio deberá también buscar soluciones urgentes a la carestía de la vida que empuja a la población a una situación de gran precariedad.

Los comicios parlamentarios de diciembre fueron boicoteados por el Frente Patriótico Marfileño (FPI) en protesta por la detención de su antiguo líder y expresidente Laurent Gbagbo, actualmente en La Haya (Holanda), donde debe comparecer ante la Corte Penal Internacional (CPI) acusado de crímenes contra la humanidad.

Esas elecciones fueron, además, las primeras desde la crisis postelectoral que vivió el país entre finales de 2010 y 2011.

Tras los comicios presidenciales del 28 de noviembre de 2010, Gbagbo no quiso reconocer su derrota, hecho que desencadenó una crisis de cinco meses que enfrentó a fuerzas leales a uno y otro político.

Al menos 3.000 personas murieron, otras 32 están aún desaparecidas y 500 más fueron detenidas de forma arbitraria en actos de violencia posteriores a los comicios, según la Fiscalía de la CPI.

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