Comienza recuento de votos en Níger, en el marco de unas presidenciales tensas

  • El escrutinio de los votos comenzó este domingo en Niamey tras una consulta sin incidentes en la primera ronda de las elecciones presidenciales de Níger, en las que el jefe de Estado saliente, Mahamadu Isufu, brega por un segundo quinquenio ante una oposición que agita el espectro del fraude.

Este domingo de noche, Ibrahim Bubé, presidente de la Comisión electoral, reconoció que "hubo algunas insuficiencias". En cambio, la oposición denunció "desigualdades flagrantes" y "manipulaciones".

La votación tuvo que ser postergada hasta el lunes en algunas localidades, "cerca de Tahua (Oeste), Agadez (norte), y otra cerca de Zinder", indicó a la AFP Ibrahim Bubé, presidente de la Comisión electoral nacional independiente. El material electoral no llegó a tiempo a estos circuitos.

Algunos locales de votación abrieron hacia las 17h00 locales, casi cayendo la noche, en tanto la hora oficial de cierre eran las 19h00 locales (18hGMT), según fuentes de la oposición.

La oposición nigerina denunció este domingo unas "desigualdades flagrantes" en esta votación, señalando "manipulaciones" y "carnés de electores duplicados".

"En varios locales de votación no había listas de la oposición. Hay una desigualdad flagrante", afirmó Musa Haruna, representante de uno de los favoritos, el ex primer ministro Seini Umaru.

"Se han descubierto duplicados de los carnés electorales, con libros de familia prefabricados correspondientes a los mismos", agregó.

"En numerosos lugares la votación no había comenzado" sobre el final de la jornada, continuó, estimando que "el sistema funciona muy mal", señalando "manipulaciones" en todo el proceso electora.

Unos 7,5 millones de nigerinos acudían a las urnas para elegir a su presidente. Este país de 19 millones de habitantes es uno de los más pobres del planeta, y se encuentra bajo la amenaza del grupo yihadista Boko Haram.

Los primeros electores acudieron a votar a pesar de los retrasos en la apertura de la mayor parte de los colegios, prevista a las 08H00 (07H00 GMT). A esa misma hora, en algunos centros de voto el material electoral acababa de llegar.

En la zona de Diffa (sureste), asolada por Boko Haram, estaba previsto que los colegios abrieran a las 05h00 y cerraran a las 17h00, oficialmente porque la luminosidad es diferente.

"No hay riesgo cero y nos organizamos para garantizar la seguridad durante el día de la votación", indicó el ministro del Interior, Hasumi Masaudu.

Las fuerzas de seguridad "patrullan con 1.000 vehículos las 24 horas del día en todo el territorio (1,3 millones de km2) con al menos un vehículo por cada 25 aldeas", precisó.

Las elecciones presidenciales se celebraban al mismo tiempo que las legislativas, y los resultados serán proclamados en cinco días.

El presidente Mahamadu Isufu, de 63 años, apodado "el león", predijo que iba a imponerse por K.O. en la primera vuelta. La oposición, muy fragmentada, prometió unirse para la segunda vuelta.

La oposición acusa al presidente de preparar un "hold up" electoral.

"Si Isufu gana en la primera vuelta, es que ha hecho trampas. En ese caso vamos a hacer huelga y habrá altercados", proclama bajo condición de anonimato un sipmatizante de Hama Amadu, uno de los favoritos de la elección presidencial, a la que se presentan en total 15 candidatos.

Amadu está encarcelado desde noviembre, acusado de tráfico de niños en un caso de "derecho común", según el poder, y "político" según el candidato, que espera ir "de la cárcel a la presidencia".

La campaña estuvo marcada por enfrentamientos entre opositores y partidarios del presidente.

La lucha contra la miseria, agravada por los efectos del calentamiento climático, es uno de los grandes desafíos de estas elecciones.

Con una demografía en constante crecimiento, debido al mayor índice de natalidad del planeta, Níger tiene que afrontar la desertificación de sus tierras y el desplazamiento de miles de familias a sus grandes urbes.

En 2016, dos millones de personas necesitarán ayuda alimentaria, según la ONU.

El país también está devastado por la corrupción.

Por otra parte, con un 98% de la población musulmana, el país tiene que hacer frente a una incipiente radicalización. Ha multiplicado por 10 sus gastos de seguridad para poder contener los ataques sin cese de Boko Haram y las amenazas de los yihadistas.

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