Irlanda juzga la austeridad en elecciones legislativas

  • Los irlandeses, hastiados de la austeridad, votan este viernes en unas elecciones legislativas de resultado incierto en las que según los sondeos el partido Fine Gael (centroderecha), en el poder, es favorito pero sin mayoría suficiente para formar gobierno.

Un torrente constante de votantes -estudiantes, jubilados, trabajadores- llegaba a los colegios electorales instalados en escuelas e iglesias, y que estarán abiertos hasta las 22H00 GMT.

Los resultados no se conocerán hasta por lo menos el domingo, aunque el sábado por la mañana la televisión nacional RTE difundirá un sondeo a pie de urna.

Aunque este país de 4,6 millones de habitantes se ha convertido en el campeón del crecimiento en la Unión Europea (7% en los primeros nueve meses de 2015), los años de sacrificio han dejado un sabor amargo a los irlandeses.

Esgrimiendo los buenos resultados económicos, el saliente primer ministro y líder del Fine Gael, Enda Kenny, y la líder laborista Joan Burton, afirman que la continuación de su gobierno de gran coalición es la única opción viable para "estabilizar" el crecimiento económico y acabar el trabajo iniciado en 2011.

Los dos partidos fueron los encargados de gestionar el rescate de 67.500 millones de euros de la UE y el FMI y de aplicar los recortes que llevaba aparejados.

"¿De qué recuperación hablan?", se quejó Silvia Doran, una jubilada de 72 años. "La última vez voté por ellos, pero nunca más. Nos quitaron dinero de las pensiones tres veces, luegos nos aplicaron un impuesto a la vivienda y luego al agua".

En sus últimas declaraciones antes de que abrieran los centros electorales, Kenny pidió: "hemos hecho un largo camino en la dirección correcta, pero tenemos que acabar el trabajo".

Sin embargo, Maura Adshead, profesora de ciencias políticas de la Universidad de Limerick, dijo que existe "un gran enfado" de quienes se sienten excluidos de la "recuperación".

"Para un gran grupo de gente, las cosas no mejoran, siguen en circunstancias muy desesperadas", añadió Adshead.

Como para David Kelly, un conserje de Dublín de 65 años, que no pensaba votar. "No me importa, mi salario no ha subido en ocho o nueve años. ¿Cuándo harán algo?".

Según la última encuesta antes de las elecciones, el Fine Gael en el poder ganará las elecciones con 30% de los votos, insuficientes para formar gobierno en solitario o para hacerlo con los laboristas, a quien se atribuye sólo el 7% de los votos, un 12,5% menos que en los anteriores comicios.

Una situación vivida por otros dos líderes europeos que tuvieron que aplicar medidas de austeridad, Mariano Rajoy en España y Pedro Passos Coelho en Portugal, que ganaron las elecciones pero no pudieron formar gobierno. El portugués fue desbancado por una coalición de izquierdas y el español está al borde de lo mismo.

El resentimiento de los irlandeses ha cristalizado alrededor del nuevo impuesto sobre el agua introducido a principios de 2015, que provocó numerosas manifestaciones.

Eso se tradujo en un aumento de la popularidad del partido nacionalista de izquierda Sinn Fein, abiertamente contra la austeridad, y la aparición de partidos independientes nuevos tales como la Alianza contra la Austeridad/Los individuos antes que el beneficio (AAA-PBP).

El actual Taoiseach (Primer Ministro) puede tratar de mantenerse en el poder mediante la expansión del gobierno de coalición a partidos más pequeños e independientes.

"Es posible, pero sería muy inestable", dijo a la AFP Jon Tonge, profesor de política de la Universidad de Liverpool, para quien el escenario más probable es la celebración de nuevas elecciones.

Irlanda ha estado dirigida desde 1932 alternativamente por los dos partidos de centro-derecha Fianna Fail y Fine Gael. Entre los dos partidos, ideológicamente similares, hay una rivalidad de cuna: el primero rechazó el acuerdo con los británicos de 1921 que dio la independencia a la isla pero la dejó mutilada de Irlanda del Norte, mientras que el Fine Gael lo aceptó.

Una diferencia histórica que podría ganar visibilidad ante el aniversario tan señalado que Irlanda se apresta a celebrar: el del Alzamiento de Pascua de 1916 contra Londres, fallido pero que fue el anteacto de la independencia. A ésta le siguió una guerra civil.

La alianza de estos viejos enemigos es una de las posibilidades de formar un gobierno estable. Sin embargo, el observatorio de elecciones de la Fundación Robert Schuman lo considera "poco probable", ya que "se han enfrentado mucho" en los últimos cinco años.

Esta coalición histórica podría propulsar al Sinn Fein, el partido nacionalista de Gerry Adams, como primera fuerza de oposición en Irlanda.

Muy popular en el Ulster, Irlanda del Norte, la parte de la isla que siguió siendo británica tras la independencia, el Sinn Fein, brazo político de la organización armada IRA, era relativamente marginal en Irlanda.

al/avl/eg

Mostrar comentarios