Liberales y laboristas holandeses llegan empatados a los comicios de mañana

  • Los holandeses acuden mañana a las urnas para dirimir el pulso que mantienen los laboristas y los liberales de derecha por la victoria en las elecciones generales, tras las que se abrirá un complejo periodo de formación de Gobierno en el que se considerar probable una alianza entre esos dos partidos.

La Haya, 11 sep.- Los holandeses acuden mañana a las urnas para dirimir el pulso que mantienen los laboristas y los liberales de derecha por la victoria en las elecciones generales, tras las que se abrirá un complejo periodo de formación de Gobierno en el que se considerar probable una alianza entre esos dos partidos.

Mientras los analistas ven como inevitable el pacto entre las que dos grandes fuerzas, tanto el líder laborista Diederik Samsom como el liberal y actual primer ministro en funciones Mark Rutte insisten en negarlo, intentando romper el empate entre ambos en la recta final de la campaña.

"No hemos cerrado ningún acuerdo y hay muchas otras opciones con las que podríamos formar un Gobierno", ha asegurado Samsom.

"Sé que los otros líderes (...) quieren dar esa impresión de que formaremos una coalición, pero eso es una auténtica basura", dijo a su vez Rutte durante una entrevista en la televisión pública.

Samsom y Rutte buscan mañana la victoria electoral de sus partidos que garantizaría al ganador el sillón de primer ministro y le permitiría liderar las negociaciones para la formación de Gobierno.

A petición del Parlamento, la reina Beatriz no participará en esta ocasión como mediadora en el proceso de formación del Ejecutivo, algo que en Holanda -el país de los pactos por excelencia- puede durar meses.

Si como avanzan la mayor parte de analistas liberales y laboristas se ven abocados a un pacto, los dos partidos tendrían primero que conciliar sus programas electorales y además hacer concesiones a otras fuerzas más pequeñas para conseguir una mayoría.

Una eventual coalición entre laboristas y liberales, que de acuerdo con los últimos pronósticos sumarían 70 escaños en un Parlamento de 150, necesitaría de uno o dos partidos más para gobernar con margen suficiente.

Para el diario "NRC Handelsblad", los democristianos (CDA) y los liberales de centro (D66) jugarán un papel clave a la hora de formar coaliciones.

Antiguos socios de los liberales en el Gobierno saliente, la democracia cristiana está sufriendo un proceso de decadencia política desde la victoria en 2002 de su antiguo líder Jan Peter Balkenende, quien estuvo a la cabeza del Ejecutivo hasta 2010.

Los últimos sondeos de las empresas Synovate y Maurice de Hond confirman el descenso del CDA en estos comicios, en los que pasaría de los 19 escaños actuales a solamente 13 asientos.

Esta circunstancia podría ser un impedimento para que aceptasen repetir en la coalición gobernante.

La campaña electoral holandesa ha sido intensa, cargada de entrevistas en los medios de comunicación, de propaganda en la calle y de debates televisados, incluso en el programa informativo infantil de más audiencia (Jeugdjournaal).

Esos debates han sido la clave para que a medida que se acercaba la fecha electoral, el electorado diera un giro desde los extremos hacia el centro del espectro político.

Así, se han rebajado las altas expectativas que tenían hace unas semanas los socialistas radicales (SP) con su discurso contra la austeridad y de tinte euroescéptico.

En paralelo, el partido de extrema derecha de Geert Wilders sigue contando con un relativo apoyo, pero verá reducida su influencia, pues se le pronostica la pérdida de un escaño respecto a los 20 actuales y además la mayoría de los partidos le excluyen como posible socio.

Tras la jornada electoral de mañana, Holanda deberá hacer frente aún sin haber formado Gobierno a citas clave como la del 18 de septiembre, cuando se presentarán los presupuestos estatales.

Aprobados de urgencia por el Ejecutivo de centro derecha saliente, las cuentas contenían un paquete de 12.000 millones de euros de ahorro adicionales a los 18.000 millones aprobados al principio de la legislatura.

La negociación de ese recorte adicional, aprobado finalmente con ayuda de D66 y Los Verdes, fue la causante de la caída del Ejecutivo el pasado abril, cuando los antimusulmanes de Wilders retiraron su confianza a los liberales y los democristianos en el Gobierno.

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