Los comicios legislativos concluyen en Uzbekistán con muy alta participación

  • Las elecciones al Parlamento de Uzbekistán, uno de los países más cerrados del mundo, concluyeron hoy sin incidentes y con una altísima participación a pesar de que el Legislativo en esa república centroasiática cumple una función testimonial.

Moscú, 21 dic.- Las elecciones al Parlamento de Uzbekistán, uno de los países más cerrados del mundo, concluyeron hoy sin incidentes y con una altísima participación a pesar de que el Legislativo en esa república centroasiática cumple una función testimonial.

A falta de tres horas para el cierre de los más de 9.000 colegios electorales repartidos por todo el país, la participación había alcanzado ya el 78,4 por ciento de un censo que integra a poco más de 20 millones de ciudadanos con derecho a voto.

Alrededor de 16,3 millones de uzbekos ya habían votado a las 17.00 hora local (12.00 GMT), aseguró en una comparecencia ante la prensa la vicepresidenta de la Comisión Electoral Central (CEC), Svetlana Artikova.

Los resultados preliminares de las elecciones no serán anunciados hasta mañana, mientras que los definitivos no se conocerán hasta pasados varios días o incluso semanas.

A los comicios se presentaron los cuatro únicos partidos registrados por el Ministerio de Justicia uzbeko, todos con representación parlamentaria en la legislatura que expira y que a buen seguro repetirán.

Tanto los expertos en el país como la oposición exiliada coinciden en que todos son leales al férreo régimen del presidente Islam Karímov, en el poder desde hace un cuarto de siglo.

En una puesta de escena que las autoridades uzbekas no dudan en llamar "proceso democratizador", el Partido Democrático Liberal, el Partido Democrático Popular, el Partido Social-Demócrata "Adolat" (Justicia) y el Partido Democrático "Miliy Tiklanish" (Renacimiento Nacional) se disputan 135 de los 150 escaños del Legislativo.

Otros 15 escaños le corresponden de forma automática y sin necesidad de acudir a las urnas al Movimiento Ecologista de Uzbekistán.

Los partidos en el Parlamento "son un simulacro, ni siquiera pueden ser analizados con seriedad", dijo al servicio ruso de "Deutsche Welle" Arkadi Dubnov, experto en Asia Central, quien aclaró que la elite uzbeka se estructura en clanes familiares o territoriales y no en fuerzas políticas.

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), consciente de la farsa que son los procesos democráticas en Uzbekistán, ha enviado a ese país una misión simbólica de tan solo doce observadores para que informe sobre los preparativos y la campaña electoral.

Ya el pasado mes de octubre, la portavoz de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE (ODIHR), Rachel Bending, señaló que la falta de competencia entre los candidatos hace innecesario enviar una misión más amplia al país.

El régimen autoritario de Karímov tiene sus propios argumentos para afirmar que la antigua república soviética avanza por la senda democratizadora, y es que una serie de enmiendas a la Constitución aprobadas hace tres años han ampliado las facultades del Parlamento.

El jefe de Estado, al promulgar esas enmiendas, cedió al Legislativo la facultad de presentar la candidatura del primer ministro, que ahora será propuesta por el partido o partidos ganadores de los comicios.

Además, la Cámara baja del Parlamento podrá votar una moción de censura al primer ministro, que de ser aprobada supondrá su destitución por el presidente.

El jefe del Gobierno tendrá que presentar de manera periódica informes ante ambas cámaras del Parlamento.

Por lo demás, los comicios parlamentarios uzbekos no tienen prácticamente ningún interés ni para la comunidad internacional ni para los analistas políticos, salvo que su celebración da el pistoletazo de salida para la convocatoria de las presidenciales.

Las presidenciales, según una ley aprobada por el Parlamento saliente, deberán celebrarse 90 días tras el anuncio de los resultados oficiales de las legislativas de hoy.

La única incógnita es si Karímov -en el poder desde 1989, desde antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991- volverá a optar a otro mandato de siete años a pesar de que el próximo mes de enero cumplirá ya 77 años.

Uzbekistán, en el corazón de la región del Asia Central, tiene una superficie de 447.400 kilómetros cuadrados y un población de casi 28 millones de habitantes.

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