François Legault, un empresario nacionalista metido en la política de Québec

  • En poco más de un año, François Legault, exministro y empresario quebequés, ha pasado de crear una formación política desde cero a ser uno de los dos principales candidatos para hacerse con la victoria en las elecciones provinciales de Québec.

Julio César Rivas

Toronto (Canadá), 3 sep.- En poco más de un año, François Legault, exministro y empresario quebequés, ha pasado de crear una formación política desde cero a ser uno de los dos principales candidatos para hacerse con la victoria en las elecciones provinciales de Québec.

Cuando Legault formó en febrero de 2011 Coalition Avenir Québec (CAQ), pocos pensaron que el antiguo ministro del Partido Quebequés (PQ) podría plantar cara en 2012 a sus antiguos compañeros y al gobernante Partido Liberal de Québec (PLQ).

Pero eso es precisamente lo que Legault ha hecho, superando en todas las encuestas al federalista PLQ y amenazando el triunfo del soberanista PQ en las elecciones del 4 de septiembre.

Legault, nacido en mayo de 1957 en una pequeña localidad en el extrarradio de Montreal, casado y padre de dos hijos, tiene experiencia en la creación de entidades de éxito.

Contable de profesión, en 1986 fue uno de los fundadores de Air Transat, hoy en día una de las mayores compañías de vueltos chárter de Canadá. Pero tras 11 años al frente de la compañía, en 1997 abandonó la aerolínea y decidió entrar en el mundo de la política de Québec.

En 1998, un año después de dejar Air Transat, fue elegido diputado provincial del Partido Quebequés, solo tres años después de que el PQ convocase y perdiese, en 1995, el segundo referéndum independentista de la provincia.

El entonces primer ministro de Québec, Lucien Bouchard, le nombró ministro de Industria y Comercio y posteriormente ministro de Educación.

Bouchard y Legault tienen mucho en común. Los dos son conservadores y nacionalistas pero consideran que antes de que Québec pueda plantearse un nuevo intento hacia la independencia, la provincia tiene que poner en orden sus finanzas.

En 1998, Bouchard delineó la posición que ha dominado el PQ hasta ahora con respecto a un nuevo referéndum independentista: no habrá una nueva consulta hasta que se produzcan "condiciones ganadoras".

Con esa definición, Bouchard aparcó la cuestión independentista sin relegarla al olvido.

Legault ha adoptado una posición similar durante la campaña electoral: primero concentrarse en la economía de Québec, lo que él estima tomará 10 años, y después plantear, o no, la cuestión independentista.

Como Bouchard, Legault considera que la pérdida de un tercer referéndum (tras los de 1980 y 1995) sería malo para Québec.

"Si se produjese un tercer 'no' en un referéndum, sería malo para todos. Incluso para la gente a la que le gustara tener un nuevo acuerdo con el resto de Canadá. Si Québec perdiese un referéndum, ya veríamos cuál sería la reacción del resto de Canadá. Se reirían", aseguró Legault.

"En el resto de Canadá, la gente está cansada de pagarnos 8.000 millones de dólares al año en transferencias. Por eso uno de mis objetivos es que en 10 años Québec haga transferencias al resto de Canadá y entonces habrá una dinámica completamente nueva" en el país, añadió.

Con este lenguaje, y declaraciones como "no soy federalista, no soy separatista. Soy un nacionalista", Legault se ha ganado de momento a los sectores más conservadores del movimiento nacionalista quebequés así como a los votantes anglófonos de la provincia, que tradicionalmente han apoyado al PLQ.

Pero esta vez el PLQ está agotado tras casi 10 años de gobierno ininterrumpido de su líder, Jean Charest, y acosado con múltiples escándalos de corrupción.

Una oportunidad que Legault quiere aprovechar para asentar, en el largo plazo, Coalition Avenir Québec en el panorama político de la provincia francófona y quitarle el monopolio del voto nacionalista al Partido Quebequés.

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