Brasileños votan en municipales y podrían dar Rio a un obispo evangélico

Brasil elige este domingo en segunda vuelta los alcaldes de 57 ciudades, entre ellas Rio de Janeiro, que podría quedar por primera vez a manos de un obispo evangélico quien hace años consideró que el catolicismo era una "doctrina demoníaca".

Con los centros electorales abiertos desde las 10H00 GMT, los brasileños seguían votando en los municipios donde ningún candidato obtuvo la mayoría absoluta el pasado 2 de octubre, teniendo hasta las 19H00 GMT para depositar su sufragio.

El primer turno marcó el hundimiento del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) del expresidente Lula da Silva y de su sucesora Dilma Rousseff, destituida en agosto, golpeado por las acusaciones de corrupción del megafraude a Petrobras.

El partido que gobernó el gigante latinoamericano durante 13 años perdió casi dos tercios de sus alcaldías, con su mayor golpe en Sao Paulo, mientras que la formación conservadora del presidente Michel Temer (PMDB) fue la que más alcaldías ganó.

En el balotaje de este domingo, la votación polarizada de Rio de Janeiro es la que concentra toda la atención.

La "Cidade Maravilhosa" abre su etapa postolímpica sumida en una grave crisis económica y de seguridad, que deja atrás ocho años de gestión de Eduardo Paes (PMDB).

La contienda quedó entre dos personajes antagónicos: de un lado, Marcelo Crivella, un senador conservador y obispo evangélico licenciado de 59 años, y del otro, el disidente del PT y exdiputado estatal de extrema izquierda Marcelo Freixo, de 49.

En un colegio frente al Teatro Municipal de Rio, Elisabete Maria da Silva, jubilada de 63 años, dijo que iba a dar su voto a Crivella: "Yo también soy evangélica y siento que él está preocupado por la gente".

Hudson Silva lo hizo por Freixo, por su "línea más social", pero Sonia Campos, de 65 años, también dio su confianza al senador porque lo ve "más sensato y más humano".

Sobrino del fundador millonario de la Iglesia Universal del Reino de Dios y exministro de Pesca de Rousseff, Crivella (PRB) lidera todas las encuestas pese a verse salpicado en la campaña por varios escándalos, como el que evidenció que exorcizó a católicos cuando era misionero en África en los 90 o sus declaraciones de la época sobre el "mal terrible" de la homosexualidad.

El senador, también cantante de gospel y poeta, dijo que se equivocó y, al votar este domingo en Copacabana, aseguró estar "bastante confiado" en ganar, prometiendo dedicarse "como nunca en la vida a cuidar sobre todo de la salud, educación, transporte y seguridad".

Su rival, que ganó notoriedad al impulsar la investigación a las milicias parapoliciales de Rio en una labor homenajeada en la película "Tropa de Élite", votó en el barrio de Leblon.

"La elección está completamente indefinida. El hecho es que nosotros ya vencimos al proponer una política honesta y democrática", dijo Freixo (PSOL), que es apoyado por artistas como Caetano Veloso, Chico Buarque o el actor Wagner Moura.

Pero aupado por la influencia de la iglesia evangélica en las zonas más empobrecidas de Rio, Crivella parece tener una victoria asegurada.

Sin embargo, su ventaja se redujo 10 puntos en las últimas horas: el sondeo de Datafolha le daba una intención de voto del 58% frente a un 42% de Freixo, mientras que Ibope estimó una batalla de 57% contra 43%.

Además de Rio, hay otras 17 capitales de estados que elegirán a su alcalde, como Porto Alegre, Belo Horizonte, Curitiba, Sao Luis de Maranhao o Fortaleza.

El PT sólo participa en una, Recife, donde el candidato rival casi le dobló en votos en la primera vuelta.

Ese primer turno tuvo una fuerte abstención y millones de votos en blanco y nulos que, en un pais con el voto obligatorio, los analistas enmarcan en el disgusto de los brasileños con los políticos.

"En la primera vuelta los votos nulos, blancos y abstenciones fueron de 43% y estimo que llegaran a 50% ahora", dijo a la AFP Mauricio Santoro, analista político de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ).

El balotaje -que sólo se celebra en ciudades de más de 200.000 habitantes y convocó a cerca de 33 millones de brasileños- cuenta con la vigilancia de más de 10.000 militares en 12 municipios tras una campaña violenta en la primera vuelta, donde sólo en Rio hubo 16 asesinatos de candidatos.

Uno de los puntos calientes de la elección se encuentra hoy en Paraná, donde el Tribunal Superior Electoral pidió el refuerzo de agentes federales por la ocupación de escuelas por cientos de alumnos de secundaria contra las reformas de Temer, que forzó el cambio de unos 200 centros electorales.

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