Fillon ha comparecido este lunes ante altos cargos de su partido, un día después de reunir en París a miles de personas para hacer una demostración de fuerza tras una semana convulsa. El candidato deberá comparecer ante el juez para responder por los supuestos empleos ficticios de su mujer, Penelope Fillon, como asistente parlamentaria.
"La semana pasada, varios responsables de nuestro movimiento se desmarcaron de la campaña", ha reconocido el antiguo primer ministro, que ha considerado "un inmenso éxito" la "gran reunión" celebrada el domingo en la capital. Este acto, ha añadido, "confirma la legitimidad" de la candidatura, según los extractos divulgados por la prensa gala.
Fillon ha instado a sus compañeros a "entrar en razón" y permanecer unidos, recordando que el segundo aspirante más votado en las primarias del centro-derecha, Alain Juppé, ya ha descartado una candidatura alternativa. "No hay plan B", ha subrayado Fillon, "único" y "legítimo" aspirante del centro-derecha.
"Hemos perdido demasiado tiempo en discusiones vanas, dejando el campo libre a la extrema derecha y a los candidatos de izquierda, que se frotan las manos al contemplar nuestra desunión. Es tiempo de que todos hagamos campaña y de reconstruir una alternativa creíble", ha añadido.
Un sondeo difundido este lunes por Ifop Fiducial sitúa la intención de voto para Fillon en el 19 por ciento, insuficiente para batir al centrista Emmanuel Macron (25,5 por ciento) y a la ultraderechista Marine Le Pen (26,5 por ciento).
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