Hollande renuncia a la reelección y da paso a la carrera socialista por el Elíseo

EUROPA PRESS
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El presidente de Francia, François Hollande, ha anunciado este jueves que ha decidido no aspirar a la reelección como candidato del Partido Socialista (PS) en los comicios que se celebrarán el próximo año, lo que abre la carrera por el Elíseo en las filas de la izquierda.

"Soy consciente del riesgo actual de emprender un camino que no reúna el apoyo suficiente, así que he decidido no ser candidato para renovar mi mandato presidencial", ha dicho el jefe de Estado en una breve comparecencia ante los medios de comunicación en el Palacio del Elíseo.

Es la primera vez en la historia de la V República francesa, que arrancó en 1958, que un presidente renuncia a encadenar un segundo mandato. Charles de Gaulle, François Mitterrand y Jacques Chirac lograron ampliar su encargo presidencial y Valéry Giscard d'Estaing y Nicolas Sarkozy lo intentaron pero fueron derrotados.

La mayoría de los ministros han reaccionado, a través de las redes sociales o mediante comunicado, para agradecer al presidente saliente sus esfuerzos y valorar que sepa dar un paso atrás. "Una decisión digna y valiente", ha considerado el titular de Exteriores, Jean-Marc Ayrault.

Incluso sus oponentes han reconocido el gesto. El candidato de Los Republicanos, François Fillon, ha aplaudido la "lucidez" de Hollande, pero le ha reprochado su "fracaso" como presidente. "Estos cinco años han dado lugar al caos político y a la decadencia del poder", ha criticado.

BALANCE DE GOBIERNO

Hollande ha explicado que de esta forma asume "toda la responsabilidad" por los "errores" cometidos en los últimos cinco años, que han hecho que su popularidad se sitúe en mínimos históricos. "La experiencia me ha enseñado humildad", ha señalado.

Entre estos "errores", el dirigente socialista ha confesado que le pesa especialmente haber propuesto retirar la nacionalidad a los acusados de terrorismo, en el marco de la reciente ola de atentados, debido a la "división" que ha generado en la sociedad francesa.

"El mundo, Europa y Francia han pasado por momentos particularmente graves. He intervenido en República Centroafricana, en Malí y en Irak para combatir el terrorismo islámico. En estas circunstancias difíciles, quería mantener la cohesión nacional", ha justificado.

Hollande ha asegurado que no solo ha intentado "mantener el modelo social" de Francia en época de crisis, sino "ampliar" el marco de derechos y libertades, y para ello ha ejercido de freno a las medidas de austeridad dictadas por Europa.

"Los resultados han llegado", aunque "tarde", ha admitido. Pese a que la inversión y el empleo empiezan a aumentar, Hollande ha reconocido que los niveles son todavía bajos para que la recuperación se perciba entre los franceses.

BATALLA CONTRA LA DERECHA

El mandatario se ha mostrado consciente de que su balance de Gobierno puede ser una carga para los socialistas, que ahora deberán elegir un candidato capaz de batir a Fillon y a Marine Le Pen, del ultraderechista Frente Nacional.

Hollande ha advertido en contra del avance de "la extrema derecha" y ha abogado por una mayor apertura al mundo frente al proteccionismo. "Lo que está en juego no es una persona, sino el futuro de todo un país. No quiero que Francia se exponga a aventuras peligrosas", ha dicho.

No obstante, ha asumido que su papel en los meses que restan hasta la cita con las urnas, en primavera, será "dirigir el país" desde una posición distante de la batalla política. "Me dedicaré con la devoción más absoluta a la República", ha prometido.

LOS NOMBRES DE LA IZQUIERDA

Descartado Hollande, los analistas políticos esperan ahora que el primer ministro, Manuel Valls, dé un paso al frente y se lance a las primarias socialistas, tal y como ha deslizado en sus últimas declaraciones.

La pelea por la candidatura socialista cuenta con otros nombres importantes, como el ex ministro de Economía Arnaud Montebourg. Sin embargo, todos los sondeos pronostican que el PS no pasará a segunda vuelta, independientemente de quién lo represente.

Otros pesos pesados de la izquierda aspiran a competir en las presidenciales. Los ex ministros Emmanuel Macron y Jean-Luc Melenchon han abandonado las filas socialistas para diseñar su propio proyecto y garantizar que su nombre va en la papeleta.

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