Kasich, ganador en Ohio, se presenta como el candidato "adulto" a la Casa Blanca

El republicano John Kasich, ganador de las primarias presidenciales de su partido en Ohio (norte), donde es gobernador, gusta presentarse como el único candidato "adulto" frente a sus rivales que se intercambian insultos dignos de un patio escolar.

Kasich salvó su pellejo con un claro triunfo -su primero en la contienda- en su estado frente al favorito en las encuestas nacionales Donald Trump, tras una intensa campaña lejos de los reflectores.

"Hemos hecho una campaña optimista (...) y estoy muy agradecido de mi gente de Ohio", dijo Kasich a la cadena CNN tras la difusión de las primeras proyecciones.

"Es mi tercera victoria en el estado y falta una más", dijo, prometiendo que vencerá a la aspirante demócrata Hillary Clinton en las elecciones generales de noviembre: "Estoy en la mejor posición para vencerla y vamos a lograr mucho impulso".

La victoria era central para mantener con vida sus aspiraciones presidenciales, tras permanecer en los últimos lugares de los sondeos durante casi toda la contienda.

Kasich insiste que aborda los verdaderos problemas y ofrece propuestas a la gente, lo opuesto, dice, a las bravuconadas que emplean sus rivales, especialmente el magnate Donald Trump, para monopolizar la atención de los medios.

Kasich, un gobernador con dos periodos y antiguo congresista, es el rostro del establishment político estadounidense, un rasgo que juega en su contra en un año electoral dominado por los llamados de un iracundo electorado para que un outsider tome las riendas de Washington.

Pero tras el retiro de Marco Rubio, el senador de origen cubano que sucumbió ante Trump en su propio estado de Florida, Kasich se encamina a ser la última esperanza de las élites republicanas para detener al millonario.

Aunque su nombre no es conocido en todo el país, su segundo lugar en las primarias de New Hampshire en febrero lo elevaron a la escena nacional pronto en la carrera presidencial.

Frente al verbo incendiario y pesimista de sus rivales, proyecta una imagen de político experimentado y de moderado optimismo.

"A lo largo de esta campaña, he hablado sobre los problemas, nunca he tratado de meterme en estas diatribas que vemos en el escenario", dijo a inicios de este mes durante un debate en Detroit, en el vecino estado de Michigan.

"Y la gente me dice a todas partes que voy: 'Pareces el adulto en el escenario'", añadió.

Afable y aparentemente relajado en la campaña, Kasich ha sido reacio a atacar a sus contrincantes, proyectando una imagen positiva que lo separa, especialmente tras la salida de Jeb Bush, de sus combativos rivales, especialmente Trump.

"Nunca hicimos campaña negativa porque tenemos más (propuestas) positivas que vender que gastar el tiempo criticando a otros", dijo Kasich tras su buen resultado en New Hampshire.

El gobernador recibió elogios del New York Times, que lo llamó la "única opción plausible para los republicanos cansados del extremismo y la inexperiencia" de los otros aspirantes.

Pero en realidad, Kasich "no es ningún moderado", apuntó el diario, enumerando su historia de confrontación con sindicatos, limitando el derecho al aborto y oponiéndose al matrimonio homosexual, una señal de cuánto a la derecha ha migrado el partido Republicano.

Elocuente defensor del derecho a portar armas, este padre de gemelas adolescentes de 63 años gusta presentarse como un "marido, padre, amigo, creyente": armas y religión, dos aspectos claves en la polarizada política estadounidense.

Elegido gobernador de Ohio en 2010 y reelegido en 2014, Kasich fue anteriormente congresista entre 1983 y 2001, donde se destacó en la elaboración del presupuesto federal, y antes senador estatal entre 1979 y 1983.

En 2000 acarició la idea de lanzarse a la presidencia, antes de abandonar la política por la banca de inversión y una silla como comentarista en la cadena Fox News.

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