CRISIS PSOE. SÁNCHEZ PIERDE SU ÓRDAGO EN LA SEMANA MÁS NEGRA DEL PSOE

- La Ejecutiva dimite y la sucederá una gestora presidida por Javier Fernández. El pronto ya ex secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cerró la noche de este sábado con su dimisión ante el Comité Federal la semana más negra que se le recuerda al partido, en que se situó al borde de la escisión tras el órdago de Sánchez de intentar renovar su cargo convocando un Congreso Federal exprés que, con el aval previo de los militantes, le permitiera intentar un gobierno alternativo al de Mariano Rajoy.
El Comité Federal de este sábado, que tenía que empezar a las nueve, perdió la mañana entera porque los dos bandos el litigio, el de Sánchez y el de los críticos capitaneados por el PSOE andaluz, no se ponían de acuerdo en cómo había que organizar el debate.
Partían de premisas distintas: para los primeros,la Ejecutiva tenía que reponer las vacantes provocadas por las 17 dimisiones de los críticos, y para ello había que convocar un congreso extraordinario; para los segundos, la Ejecutiva ya no existía al haber quedado inhabilitada por esas dimisiones.
Los recesos se sucedían y el Comité no se constituía como tal. Finalmente, a última hora de la mañana, la Mesa del Comité, la misma que la de la sesión de julio, daba inicio a la sesión.
Pero seguían los problemas derivados de la misma diferencia de puntos de partida. Para los críticos, los que siguen integrando la Ejecutiva tampoco podían votar, dado que ésta estaba disuelta, ni procedía votar la propuesta de congreso extraordinario. Sólo había que convocar una gestora, de acuerdo con lo establecido por tres de los cinco miembros de la Comisión de Garantías, adscritos a los rivales de Sánchez.
TARDE FRENÉTICA
Por la tarde los acontecimientos se dispararon a un ritmo frenético. Sánchez trató de resolver el bloqueo proponiendo que los 17 dimisionarios volvieran a la Ejecutiva, cosa que éstos rechazaron. La presidenta del Comité Federal, la 'crítica' Verónica Pérez, se arrogaba de nuevo como única autoridad vigente del partido.
Los sanchistas aprovecharon, sin embargo, esta concepción para imponer su mayoría dos a uno en este órgano (Roberto Ares y Núria Marín) y lograr que se votara lo que quería votar la Ejecutiva y de su modo preferido: la propuesta de congreso extraordinario vinculada al intento de formar gobierno alternativo, con voto en urnas. Antes rechazó la propuesta de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que propuso que se debatiera la creación de una gestora.
Los 'críticos' se negaron a participar en la votación del congreso y presentaron una moción de censura contra Sánchez recogiendo el 20% pertinente de firmas en el Comité. La Mesa también rechazó esta iniciativa, alegando que no se podía improvisar sin haberla incluido en el orden del día.
Finalmente, se votó la propuesta de congreso, pero a mano alzada y por llamamiento individual, y Sánchez la perdió por 133 votos a 107. En coherencia con lo que dijo ayer, el líder socialista anunció su dimisión y la de toda su Ejecutiva al Comité Federal y luego ante los medios de comunicación. Le sucederá una gestora que será presidida por el presidente de Asturias, Javier Fernández.
CONCENTRACIÓN DE MILITANTES
Durante todo el día quedó en evidencia la ruptura, al menos momentánea, entre los triunfadores del duelo con Sánchez y buena parte de la militancia, a la que el secretario general cesante ha intentado ganarse erigiéndose en campeón de los afiliados y de la democracia interna.
La calle Ferraz permaneció cerrada al tráfico por la afluencia de militantes que, desde la bronca a los 'críticos' a su llegada al Comité Federal hasta sus cánticos cuando se conoció el desenlace evidenciaron de qué lado están.
Pasadas las 23.00 horas, decenas de sanchistas seguían entonando proclamas y cánticos como "Susana, fascista, fuera de nuestras listas"; "Dónde están, no se ven, Susana y su Comité" o "Susanita quiere un sillón, un sillón en Madrid, y sabe que con la abstención, se lo va a permitir".
Mientras representantes de ambos bandos negociaban la composición de la gestora, y adivinando que el trance sería largo, encargaron unas pizzas para cenar. Los militantes concentrados no perdieron la ocasión de entonar: "Susana, choriza, paga el Telepizza".
Por la mañana también fueron muchos los gritos contra Felipe González, al que tildaron de "chivato" y "traidor" y contra los barones del partido.

Mostrar comentarios