Sondeos inquietantes para Hillary Clinton en la campaña presidencial de EEUU

A 53 días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se evaporó el liderazgo de Hillary Clinton en las encuestas en tanto disminuye el entusiasmo entre sus seguidores, generando preocupación en el Partido Demócrata.

El promedio de las encuestas desde fines de agosto le otorga apenas 1,8 punto porcentual de ventaja sobre Donald Trump a nivel nacional, lo que representa una caída de 4 puntos en dos semanas.

En los Estados clave donde se definirá la elección, Trump marcha al frente en Ohio (46% contra 41%) y dentro del margen de error en Florida (47% para Trump, 44% para Clinton), según un sondeo de CNN-ORC.

La candidata demócrata, que retomó su campaña el jueves luego de tres días de reposo por una neumonía, se muestra serena. "Siempre dije que sería una elección reñida", señaló.

Pero como prueba de la inquietud demócrata, su campaña anunció que su exrival partidario Bernie Sanders, muy popular entre los jóvenes, y la senadora Elizabeth Warren saldrían a expresarle su apoyo este fin de semana en Ohio.

"Tuvimos un mes increíble, hay mucho entusiasmo", se congratuló por su parte Donald Trump.

Esta no es la primera vez que los dos candidatos marchan codo a codo: esto ya se había producido brevemente a fines de mayo, antes de que Trump perdiera terreno.

Pero a menos de dos meses de la elección, Clinton genera cada vez menos entusiasmo: sólo un 38% de los demócratas se muestra muy entusiasmado, contra 47% en agosto, según un sondeo de The New York Times/CBS.

Y mientras 55% de los electores de Trump afirman estar muy animados con la idea de ir a votar, sólo un 36% quienes lo dicen en el campo de Clinton.

Por tanto, la movilización será esencial para ganar.

El sitio Five Thirty Eight, que analiza los sondeos, datos históricos y datos económicos, concede actualmente a Clinton el 60,1% de chances de ganar la elección contra el 39,8% para Trump. El 8 de agosto, Clinton figuraba con 79,5% de posibilidades de ganar y Trump con 20,5%.

Después, Trump remodeló su equipo de campaña, se volvió más disciplinado, su mensaje comenzó a ser más estructurado en tanto desaparecieron los insultos de sus discursos. Su nueva directora de campaña, Kellyanne Conway, está muy presente en los programas de televisión.

"Él ha tenido dos buenas semanas desde su viaje a México" a principios de mes, comentó Robert Shapiro, experto político de la Universidad de Columbia en Nueva York. "Reunió a su base, habla más de temas como política exterior, economía, familia. Los límites para él no son muy elevados, pero ha progresado en sus esfuerzos para aparecer más presidencial".

Por el contrario, Hillary Clinton, que desde hace meses no logra desprenderse del tema de sus emails y de los ataques de su adversario republicano contra la Fundación Clinton, añadió a ello su desgraciada declaración sobre los "deplorables" electores de Trump.

Además, "no manejó de la mejor manera el asunto de su neumonía", afirmó Shapiro. Su silencio inicial, según él, confirmó "la percepción de los electores de que ella no es franca".

Los demócratas "tienen de qué inquietarse", estimó el experto, aunque precisó que Clinton tiene aún "numerosas maneras de ganar el colegio electoral".

La elección presidencial estadounidense es una votación indirecta donde los sondeos a nivel nacional no son lo más importante.

Los ciudadanos votan por "grandes electores" (delegados al colegio electoral) cuyo número varía según los Estados. A un candidato le hace falta obtener la mayoría de esos grandes electores (270 sobre 538) para ganar la presidencia.

Ciertos Estados pesan mucho más que otros, debido a que pueden hacer volcar el resultado final. Entre ellos figuran Florida, Ohio, Pensilvania y Carolina del Norte.

Ante los sondeos, la proximidad del primer y crucial debate presidencial el 26 de septiembre, no es forzosamente una buena noticia para los demócratas, aunque Clinton -exprimera dama, exsenadora, exsecretaria de Estado y candidata por segunda vez a la presidencia- sea más avezada en esa situación.

"Históricamente, en estos primeros debates, el presidente saliente, o el candidato que marcha al frente, tiende a hacerlo menos bien que su contrincante", explicó Shapiro. "La vara es más alta para ella que para Trump", que genera menor expectativa, precisó.

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