Trump amenaza a Clinton para tratar de salvar una campaña en ruinas

La campaña presidencial estadounidense cayó en un nuevo nivel de hostilidad cuando Donald Trump amenazó con prisión a Hillary Clinton y puso sobre la mesa viejos fantasmas de adulterio, en un exasperado intento por sobrevivir a un explosivo escándalo que carcome su candidatura.

Tras un fin de semana de pesadilla a raíz de la divulgación de sus comentarios vulgares sobre las mujeres, abandonado por el grueso de la dirigencia del partido Republicano a menos de un mes de las elecciones, el magnate optó, durante un amargo y tenso debate presidencial, por el enfrentamiento personal.

"No estoy orgulloso de eso", se disculpó Trump evocando el video de 2005 en el que relata, de manera cruda y vulgar, haber agarrado a mujeres por sus genitales y besarlas a la fuerza.

El magnate de 70 años negó en el debate haber cometido esas acciones contra mujeres. "Pero si ves a Bill Clinton es mucho peor", añadió, antes de afirmar que el expresidente y marido de la candidata demócrata "fue abusivo con las mujeres".

Clinton, con una ligera ventaja en las encuestas para convertirse en la primera mujer en la presidencia de Estados Unidos, respondió poniendo en duda que Trump tenga las cualidades necesarias para llegar a la Casa Blanca.

El Donald Trump del video con comentarios vulgares "representa exactamente lo que él es", lanzó la exsenadora de 68 años, recordando que el millonario también había ofendido a "inmigrantes, negros, latinos y discapacitados".

En un tono desafiante, Trump sacó de la recámara todos sus cartuchos: el uso de un servidor privado de correo electrónico y el ataque a la embajada de Estados Unidos en Bengazi cuando Clinton era secretaria de Estado, y el comentario de Hillary calificando de "deplorables" a los seguidores del magnate.

"Si gano, daré instrucciones al Secretario de Justicia que nombre un fiscal especial para que investigue tu situación, porque nunca ha habido tanta mentira y tanta cosa oculta", advirtió el republicano en el recinto de la universidad Washington de San Luis (Misuri, sur).

Si fuera presidente "estarías en la cárcel", agregó.

"Sé que intentas crear una distracción", respondió Clinton, denunciando nuevamente a Trump por no dar a conocer sus declaraciones de impuestos.

"Él vive su propia realidad", añadió, considerando "entretenido" escuchar "a alguien que no ha pagado impuestos en casi 20 años hablar de lo que va a hacer" sobre el tema fiscal.

Rusia también generó animados intercambios durante el duelo verbal. Clinton señaló a Moscú de intentar influir en la elección presidencial a favor de su rival, quien ha elogiado al líder ruso Vladimir Putin.

La ex jefa de la diplomacia estadounidense también juzgó necesario lanzar una investigación sobre Moscú por lo que llamó "crímenes de guerra en Siria".

Trump había definido el tono del debate al invitar una hora y media antes a periodistas a un hotel en San Luis, donde apareció rodeado de cuatro mujeres, tres de las cuales acusan a Bill Clinton de agresiones sexuales entre las décadas de los 70 y 90.

Para añadir leña al fuego, las cuatro mujeres fueron invitadas por el magnate a estar presentes en el recinto del debate, no muy lejos del propio Bill Clinton.

Pero no quedó claro si la ofensiva de Trump fue suficiente para recomponer su campaña a menos de cuatro semanas de los comicios.

Según una encuesta de CNN/ORC, Clinton ganó el debate con 57% de opiniones a favor, contra 34% que se inclinó por Trump.

"No vi suficiente esta noche para darle vuelta" a la campaña de Trump, dijo a la AFP Dante Scala, profesor de ciencia política en la Universidad de New Hampshire, recordando que "las noticias de las últimas 48 horas seguirán grabándose en la mente de los votantes".

"Su esperanza es que haya más sorpresas en octubre, y que no lo involucren a él", añadió.

El último escándalo que afectó a Trump, que arrancó su campaña llamando "violadores" a los inmigrantes indocumentados y provocó críticas por haber llamado "cerdita" a una ex Miss Universo venezolana, ha sido como una bomba para la campaña del millonario.

Figuras emblemáticas del partido Republicano, incluyendo el senador John McCain, excandidato presidencial en 2008, se sumaron al clamor general para que Trump arroje la toalla y abandone la campaña.

Pero el magnate dijo que había "cero chance" de que ello ocurriera. "Nunca, jamás, me doy por vencido", afirmó.

Si el tono del debate fue predominante tenso -los candidatos no se dieron la mano al inicio-, la velada terminó en un tono algo más positivo.

Los hijos de Trump son "increíblemente hábiles y devotos y creo que eso dice mucho de Donald", dijo Clinton al ser consultada sobre las cualidades de su rival.

"Ella no renuncia, no se rinda. Respeto eso (...) Es una luchadora", respondió Trump, antes de, esta vez sí, saludar con un apretón de manos a Clinton.

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