Trump ante prueba de unidad en final de convención republicana

Donald Trump pronunciará este jueves el más importante discurso de su corta vida política con miras a salvar un fracturado Partido Republicano y convencer a los estadounidenses de que es digno de la Casa Blanca, al cierre de una accidentada convención partidista.

Trump, el beligerante magnate de bienes raíces de 70 años, hablará ante los delegados en la Convención Nacional Republicana en Cleveland (Ohio, norte) para aceptar formalmente la candidatura del partido a la presidencia de Estados Unidos.

La ocasión marca el increíble ascenso a la cumbre del 'Gran Old Party' de un neófito de la política, quien con crudeza y estridencia supo mejor que nadie interpretar la desesperación de los perdedores de la globalización y canalizar su rabia hacia las clases dirigentes.

Pero antes que los globos con los colores azul, blanco y rojo caigan sobre la tarima del Quicken Loans Arena de Cleveland, Trump debe primero atender una tarea mucho más elemental, pero no por ello menos urgente.

Ante millones de espectadores por televisión, el incendiario millonario deberá probar a los estadounidenses que merece la Casa Blanca y es capaz de ser un comandante en jefe confiable.

Más de dos meses de finalizadas las primarias, sus 16 contrincantes derrotados, la candidatura de Trump sigue enfrentando profundas divisiones, desplegadas de lleno en la convención de investidura republicana.

El senador Ted Cruz, finalista en las primarias republicanas, esperó hasta el miércoles para consumar su venganza al negarse a respaldar explícitamente al empresario, llamando en cambio a los electores a votar "por su conciencia". Los delegados respondieron con abucheos.

Trump añadió dramatismo al momento, entrando a las tribunas, poco antes de que Cruz terminara su discurso, observando con calma la reacción hostil de muchos delegados.

El discurso de Cruz fue "deplorable", dijo Mary Balkema, una delegada de Michigan.

"Estábamos realmente esperando de él que mostrara unidad y apoyara al candidato, lo que no hizo. Creo que fue el más largo abucheo que he escuchado públicamente, fue realmente vergonzoso", dijo a la AFP esta también tesorera de 49 años.

"No cumplió su promesa", reclamó Trump en Twitter, en referencia al compromiso de los 17 aspirantes presidenciales republicanos de que apoyarían al ganador de las primarias, fuese quien fuese.

La estocada de Cruz no fue el único incidente.

La jornada inaugural vio una rebelión de delegados antiTrump, mientras el discurso de su esposa Melania, exmodelo eslovena 24 años más joven que él, era objeto de una polémica de plagio, luego que surgieron indiscutibles similitudes con un discurso de 2008 de Michelle Obama.

"Fue mi error", dijo dos días después una integrante de la campaña de Trump, reconociendo haber usado frases de la primera dama.

La convención debía haber sido una fiesta de unidad.

La selección del gobernador Mike Pence como compañero de fórmula y candidato a la vicepresidencia debía servir para limar asperezas con los conservadores y unificar el partido.

La retórica de Trump en asuntos raciales, mujeres y el Islam ha alienado a muchos republicanos.

Pence, de 57 años, conocido por sus posturas antigay y antiaborto pero prácticamente un desconocido a nivel nacional, hizo su labor entusiasmando a los votantes con un convencional discurso de aceptación el miércoles.

Dijo que se unió a la campaña de Trump "en un santiamén" porque los votantes republicanos escogieron a "un hombre que nunca se rinde, que nunca decepciona, un luchador, un ganador".

A lo largo de la convención, la familia de Trump se subió al escenario para presentar un retrato del Donald padre y esposo, mientras una serie de dirigentes republicanos arremetieron contra su rival demócrata, denunciando a Hillary Clinton como una mentirosa que debe ir presa.

Trump lanzó su candidatura hace 13 meses en sus oficinas de Nueva York, declarando que los inmigrantes mexicanos indocumentados eran violadores y narcotraficantes. Entonces su nominación parecía imposible, más un chiste de los programas de humor que el objeto de sesudos análisis políticos.

Su campaña ha desafiado las normas políticas: insultando a inmigrantes y a musulmanes, ignorando el sistema de campaña oficial y prefiriendo la cobertura gratuita de los medios.

En una entrevista con el New York Times el miércoles, levantó nuevas dudas sobre si, de ser presidente, defendería a un país de la OTAN bajo ataque, señalando que dependería "si cumple con sus compromisos con nosotros".

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