Gobierno mexicano sufre históricas derrotas en elección de gobernadores

El gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI) quedó relegado en la elección de 12 gobernadores el domingo, al sufrir históricas derrotas en importantes bastiones como Veracruz (este) y Tamaulipas (noreste), en unos comicios considerados como un termómetro para las presidenciales de 2018.

El PRI, que gobernaba nueve de esos 12 estados, perdió en seis de ellos, retuvo tres y ganó dos, dejando en manos del opositor Partido Acción Nacional (PAN, conservador) el liderazgo en siete estados.

Estos resultados fueron considerados como un triunfo "histórico" y un importante paso de cara a 2018 para el PAN, partido que gobernó México entre 2000 y 2012 con los presidentes Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), acabando con la hegemonía del PRI.

Con un 77,9% de las actas escrutadas, el PAN ganó la gobernación del estado petrolero de Veracruz en alianza con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) por un 33,95% de los votos contra 30,24% para el PRI y 26,84% para el izquierdista Morena, del excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Veracruz era el mayor trofeo de estas elecciones: el tercer estado más poblado del país y uno de los más afectados por la violencia del narcotráfico, es el que históricamente ha dado más votos al PRI, que lo ha gobernado por más de 80 años.

"Hoy por fin se fueron. Lo logramos, juntos sacamos al gobierno corrupto del PRI", celebró en su cuenta en Twitter el ganador Miguel Ángel Yunes, que relevará al controvertido Javier Duarte, manchado por denuncias de corrupción, casos de desapariciones forzadas por parte de policías estatales y asesinatos de periodistas.

Aunque en un primer momento el candidato oficialista y primo del virtual ganador, Hector Yunes, pidió esperar los resultados finales acabó reconociendo que la votación no le favoreció.

En Veracruz se registraron varios actos de violencia antes de las elecciones, como la aparición el sábado de una cabeza humana cerca de un centro electoral en el municipio de Emiliano Zapata.

De su lado, el violento estado de Tamaulipas, bastión por años del PRI y donde la campaña electoral estuvo plagada de acusaciones entre partidos por supuestamente haber cedido a las presiones de narcotraficantes, también quedó en manos del PAN, que obtuvo el 50,18% de los votos (con el 84,55% escrutado), mientras que el estado norteño de Chihuahua también fue arrebatado al PRI por este partido opositor.

"Esto es verdaderamente histórico para el PAN (...) Si hacemos bien las cosas, si cumplimos, si damos resultados en estos estados, el PAN va a recuperar en 2018 la Presidencia de la República", dijo a la emisora Radio Fórmula Ricardo Anaya, el líder del partido, celebrando que su formación ganara también en los céntricos Puebla y Aguascalientes, así como en Durango (norte) y Quintana Roo (este), dos estados históricamente priistas.

Durante la pasada campaña electoral de 2010, el candidato a gobernador del PRI en Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, fue asesinado y su hermano Egidio lo reemplazó al frente de este estado fronterizo con Estados Unidos, donde hace unos días fue secuestrado durante 24 horas el futbolista del Olympiakos griego Alan Pulido.

Al analizar los decepcionantes resultados, el presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, dijo que su partido debe asumir el mensaje que le dio el electorado y tomar acciones para reconectarse con la ciudadanía.

De su lado, Agustín Basave, presidente del izquierdista PRD, reconoció que la pérdida de su coalición en Oaxaca (sur) en favor del PRI y el modesto triunfo en tres estados en alianza con el PAN implica un revés para el partido, que "tiene que cambiar profundamente".

Sin embargo, el domingo hizo otra lectura sobre la jornada electoral: "La gente salió a castigar al gobierno, a castigar al PRI", dijo.

En abril, la popularidad del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) se desplomó a un 30%, el nivel más bajo desde que asumió el poder en 2012, ante críticas por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la fuga del ahora recapturado capo Joaquín "El Chapo" Guzmán, el pobre crecimiento económico del país o el escándalo por la compra de una mansión por parte de la primera dama a un importante contratista gubernamental.

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