Moscovici respalda a Grecia en la eurozona en un momento de tensión política

  • El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, respaldó hoy al Gobierno de Andonis Samarás y la permanencia de Grecia en la eurozona, en un momento de gran tensión ante el temor de posibles elecciones generales.

Remei Calabuig

Atenas, 16 dic.- El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, respaldó hoy al Gobierno de Andonis Samarás y la permanencia de Grecia en la eurozona, en un momento de gran tensión ante el temor de posibles elecciones generales.

Moscovici terminó hoy su visita oficial de dos días a Atenas, en la que ha transmitido el apoyo de Bruselas a un Ejecutivo griego que pasa por horas bajas, sometido a una gran presión económica por la decisiva evaluación del rescate y a las puertas de que se vote un nuevo presidente de la República, que de fracasar conducirá a las urnas.

El comisario francés aseguró hoy en rueda de prensa que la continuidad de Grecia en la eurozona "no se pone en cuestión" y afirmó haberse opuesto siempre a la salida del país del euro.

Sin embargo, tras reunirse ayer con Samarás, Moscovici alertó de que sería "una pena" que Grecia no continuase con las reformas emprendidas hasta ahora, aludiendo a un posible cambio de Gobierno.

"Contemplar la posibilidad de no pagar la enorme deuda es suicida. No es posible, eso significaría la quiebra", aseguró en una clara referencia a la victoria electoral de Syriza, pues el partido izquierdista, aunque no aboga por la salida del euro, sí se muestra contrario a las políticas de austeridad y es partidario de una reestructuración de la deuda.

Moscovici recalcó que el país "debe seguir el camino de las reformas" para reducir el déficit y el desempleo que aún es "muy alto" y que tendrá una brecha financiera en 2015, como sostienen los acreedores -que la estiman en hasta 3.600 millones de euros-, un "agujero" fiscal que Atenas niega.

El representante europeo alabó el "esfuerzo enorme" y las reformas acometidas en los últimos tiempos en Grecia, que han sido necesarias para evitar la "quiebra".

La posible bancarrota del país en caso de elecciones generales ha centrado las intervenciones de los dirigentes de la coalición gubernamental entre conservadores (Nueva Democracia) y socialdemócratas (Pasok) en los últimos días.

"Hemos recibido advertencias de las agencias de calificación de que una vez convocadas elecciones anticipadas el país será considerado en quiebra", aseveró la portavoz del Ejecutivo, Sofía Vúltepsi.

En este sentido se pronunció también el ministro de Finanzas, Gikas Jardúvelis, que aseveró que si el Parlamento no consigue elegir al presidente de la República, Grecia tendrá serios problemas de liquidez a partir de febrero.

Más allá fue el gobernador del Banco de Grecia, Yannis Sturnaras, antiguo ministro de Finanzas del equipo de Samarás, quien habló del riesgo de un "daño irreparable a la economía griega" que se generaría por la rápida disminución de la liquidez en los mercados.

Ante el gran revuelo político y social que causaron tales declaraciones, fuentes cercanas a Sturnaras se apresuraron a precisar que no se referían a los depósitos bancarios, sino al nivel de liquidez general.

Aunque hoy Moscovici descartó pronunciarse sobre la tensa situación de la política interna, en una entrevista anterior al diario griego Kathimerini señaló que le gustaría que el actual Parlamento "eligiese como presidente a (el candidato gubernamental Stavros) Dimas, quien fue comisario".

Tales declaraciones y el posicionamiento del presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, que apostó porque los griegos eligiesen "caras conocidas" frente a "fuerzas extremistas", han contribuido a tensar el ya polarizado escenario político.

Según la prensa local, el Ejecutivo seguiría la "estrategia del miedo" para lograr recabar votos de los diputados independientes y también de pequeños partidos como el de los nacionalistas Griegos Independientes y el centroizquierdista Dimar.

Syriza, por su parte, ha denunciado ante la CE lo que considera injerencias "descaradas" en la política nacional y ha acusado a Samarás de "ser capaz incluso de provocar una crisis financiera a través de empresarios amigos para provocar una fuga de capitales artificial" con el fin de "atemorizar" a la ciudadanía.

Por su parte, el primer ministro se ha mostrado dispuesto a hacer "todo lo que pueda hasta el último momento para evitar elecciones anticipadas" y es optimista acerca de poder reunir los 180 votos necesarios para que el presidente sea elegido en la tercera votación.

La ronda de elecciones empezará mañana, y según los analistas, el Gobierno apuesta por conseguir el apoyo de 170 diputados (para que salga adelante se necesitan al menos 200), aunque no se espera que logre más de 165 en esta primera fase.

En caso de que fracase, se realizará una segunda votación el 23 de diciembre, en la que también se precisan 200 votos, y hasta una tercera el 29 de diciembre, que podrá salir adelanta con 180.

Mostrar comentarios