La candidata presidencial Fatumo Dayib abandona la competición electoral en Somalia

EUROPA PRESS

"No abandono unas elecciones, abandono la selección", ha dicho en declaraciones a BBC África. Dayib ha explicado que el filtro de los clanes es una medida transicional que lleva en vigor 26 años y que, por tanto, ya debería haber dado paso a una votación netamente popular.

"Es inconstitucional", ha afirmado, al tiempo que ha denunciado que se trata de un proceso "altamente amañando y corrompido". Dayib se ha marcado como objetivo "democratizar" Somalia para tener unas verdaderas elecciones en 2020.

Estaba previsto que la votación tuviera lugar el pasado 30 de noviembre, después de dos aplazamientos, pero la comisión electoral volvió a posponerlas por tercera vez un día antes, prometiendo que se celebrarán antes de que acabe el año.

La elección de los 275 escaños que conforman el Parlamento de Somalia se realiza a través del voto de una serie de ciudadanos privilegiados, como los líderes de los diferentes clanes, que eligen personalmente a los parlamentarios de cada región. Una vez conformada la Cámara, son los diputados los que eligen al presidente del Gobierno.

Debido a los constantes ataques terroristas, las autoridades del Gobierno sólo han podido dar el derecho a voto a unas 14.000 personas, una porción testimonial de los más de 11 millones de somalíes que viven en el país. Las autoridades somalíes alegan, sin embargo, que el segmento de votantes es un gran paso adelante si se compara con las pasadas elecciones de 2012, en las que sólo votaron 356 líderes de clanes.

"UN NUEVO LIDERAZGO"

Dayib explicó en una entrevista concedida a Europa Press que su principal baza es que tenía "las manos limpias" porque no tiene ningún pasado que le vincule con clanes, grupos políticos u otras actividades, ni ha cometido delitos, a diferencia de sus rivales políticos.

"Tengo la competencia y las capacidades que la mayoría de ellos no tienen. Ellos se presentan porque son hombres, porque pertenecen a un determinado clan o porque han estado en política desde siempre", criticó, mientras que ella representa "un nuevo liderazgo".

Dayib ha recibido varias amenazas de muerte, pero no le preocupan en exceso porque es "un indicio de que estoy haciendo algo bien". "Creen que la mejor solución a todo es la violencia porque no tienen el cerebro para hacer otra cosa", espetó.

Su plan para Somalia era "estabilizar el país y reformar el sistema de seguridad" lo que pasaría por el desarme y la desintegración de las milicias, especialmente de los niños soldado así como por entrenar, armar y pagar mejor a las fuerzas somalíes.

También defiende dialogar con el grupo terrorista Al Shabaab. Aunque reconoce el "odio que les mueve", también se muestra "consciente de que la violencia nunca ha sido la solución a ninguno de nuestros problemas". No obstante, para que el diálogo fuera posible tendrían que desarmarse, renunciar a su afiliación con Al Qaeda y dejar de matar a somalíes".

Dayib, enfermera y madre de cuatro hijos, nació en Kenia pero sus padres, dos somalíes analfabetos, fueron deportados a Somalia, de donde huyeron con el estallido de la guerra civil. Gracias a la ayuda de un amigo ruso y vía Moscú, Dayib llegó a Finlandia en 1990.

Por aquel entonces, solo había ido cinco años a la escuela y no había aprendido a leer y escribir bien hasta los 14 años, por lo que la educación fue su primera prioridad. Desde entonces, ha cursado tres máster, uno sobre Administración Pública en Harvard, y ahora prepara su doctorado.

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