Las primarias de la derecha francesa, eclipsadas por las declaraciones de Hollande

El revuelo provocado por las confidencias del presidente francés, François Hollande, a medio año de las presidenciales, relegó a un segundo plano el primer debate televisado de los candidatos de las primarias de la oposición de derechas.

En un libro escrito por dos periodistas a partir de entrevistas con el jefe del Estado, "Un presidente no debería decir eso", publicado el jueves, François Hollande criticó la Justicia, "una institución de cobardes", juzgó que los futbolistas de la selección francesa adolecen de una falta de "musculación del cerebro" y confesó que autorizó, al menos, cuatro asesinatos de los servicios de inteligencia exterior.

Ante la bronca provocada por estas declaraciones entre los magistrados, Hollande manifestó "lamentar profundamente" haberlos realizado, en un correo que les envió el viernes, en el que afirmaba que éstas "no tenían relación" con su manera de pensar.

El revuelo general provocado por las confidencias del presidente socialista que, según opiniones de su propio bando, debilitan la hipótesis de una candidatura, también llegó al debate televisado de los aspirantes de las primarias de la derecha, muy seguido por los telespectadores franceses.

Si bien los siete candidatos a la investidura de la derecha -seis hombres y una mujer- intentaron vender sus deferencias en el corazón del debate, todos mostraron un frente común contra el presidente saliente.

"Los pobres, 'unos desdentados', los deportistas, 'unos descerebrados', los magistrados, 'unos cobardes'... me pregunto hasta dónde va a destruir y ensuciar Hollande la función presidencial", lanzó el expresidente francés y aspirante a la presidencia, Nicolas Sarkozy.

El presidente "faltó gravemente a los deberes de su función y demostró una vez más no estar a la altura de su cargo", reaccionó por su parte Alain Juppé, favorito de las primarias, antes del debate.

El jueves por la noche, Juppé, exprimer ministro y alcalde de Burdeos (suroeste), popular en la derecha moderada, el centro e, incluso, la izquierda, recordó que las primeras estaban "abiertas" a los "decepcionados del hollandismo".

El ganador de las primarias de derechas, que se celebrarán el 20 y 27 de noviembre, tiene grandes posibilidades de ser el futuro presidente.

Los últimos sondeos electorales dan cuenta de un derrumbe de la izquierda en las intenciones de voto para la primera vuelta de la elección presidencial y una victoria del candidato de la derecha frente a Marine Le Pen, la candidata de la extrema derecha, en la segunda vuelta.

En cabeza, por delante de Nicolas Sarkozy, de 61 años, autoproclamado candidato "del pueblo" contra "las élites", Juppé, de 71 años, fue considerado el aspirante más convincente de un debate televisado muy tranquilo y poco original, según dos sondeos.

Sarkozy, presidente entre 2007 y 2012, recibió la mayor parte de las críticas de sus competidores.

Todos consideraron que el tema de la identidad, central en la campaña derechista de Sarkozy, no es prioritario para los franceses.

En cambio, Alain Juppé, que cultiva su imagen de unificador, se presentó como el adalid de "la esperanza", convencido de que "Francia volverá a ser un gran país donde gusta vivir", mientras que el país tiene una tasa de paro del 10% y se ha visto sacudido por varios atentados yihadistas desde 2015 (238 muertos).

La campaña prevé dos debates más antes de la primera vuelta, el 3 y 17 de noviembre, y un debate entre los finalistas el 24 de noviembre, tres días antes de la segunda vuelta.

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