Protestas pacíficas en Estambul y nuevo mitin de Erdogan

  • El domingo ha vuelto a ver concentraciones de "las dos Turquías": un mitin del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en la ciudad de Erzurum, y dos marchas en Estambul, una en respaldo a los derechos de los transexuales y otra en conmemoración de víctimas de la minoría religiosa aleví.

Ilya U. Topper

Estambul, 23 jun.- El domingo ha vuelto a ver concentraciones de "las dos Turquías": un mitin del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, en la ciudad de Erzurum, y dos marchas en Estambul, una en respaldo a los derechos de los transexuales y otra en conmemoración de víctimas de la minoría religiosa aleví.

Como ya hizo los dos días pasados, Erdogan volvió a asegurar que las protestas, que empezaron hace casi cuatro semanas con una acampada ecologista en el parque Gezi de Estambul, servían a los intereses extranjeros.

"Quienes salen a la calle son soldados al servicio del lobby financiero", aseguró Erdogan ante miles de seguidores reunidos en un mitin en Erzurum, tercera etapa de una gira que empezó el viernes.

"Gezi era una mentira y su objetivo era el saqueo", tronó, señalando que "en Brasil se juega ahora el mismo juego, se utiliza a los jóvenes bajo diversos pretextos para dañar al país".

"Si creéis en la democracia, si creéis en la voluntad del pueblo, venid a las urnas: faltan ocho meses", señaló el primer ministro, en referencia a las próximas elecciones locales.

Mientras, varios millares de personas se reunieron en Kadiköy, un barrio en el lado asiático de Estambul, para conmemorar el 20 aniversario de la masacre de Sivas, en la que murieron 35 personas, la mayoría destacados escritores e intelectuales alevíes, a manos de una muchedumbre islamista.

Aunque la masacre ocurrió en 1993, una década antes de la llegada al poder del Partido Justicia y Desarrollo (AKP), muchos reprochan al actual Gobierno que no haya hecho nada para encontrar a los culpables, que siga sin reconocer los templos alevíes como lugares de culto y que su discurso a favor de una "juventud religiosa" y una identidad musulmana suní margine a quienes no se reconozcan en ella.

No ha sorprendido, pues, que la presencia de las banderas amarillas alevíes en el campamento de protesta del parque Gezi fuera densa, y la carpa aleví una de las mayores de la plaza de Taksim durante los 15 días que este emblemático espacio de Estambul permaneció fuera del dominio de la policía.

En la ceremonia de hoy, la muchedumbre recordó no sólo a las víctimas de Sivas sino también a Ethem Sarisülük, un joven aleví que murió durante las protestas de Ankara por el disparo de un policía, según ha informado el diario "Hürriyet Daily News".

La confesión aleví, una fe monoteísta con influencias islámicas y gnósticas propia de Turquía, abarca alrededor del 15 por ciento de la población turca, pero nunca ha sido reconocida por el Gobierno, que la considera apenas una variante del islam.

Simultáneamente a esta manifestación, se congregó hoy en la plaza de Taksim, en el lado europeo de Estambul, otra marcha de protesta, la más colorista de todas.

Más de 5.000 personas caminaron por la calle Istiklal, la arteria comercial de la ciudad, bajo banderas con el arco iris, cantando eslóganes en defensa de los derechos de los transexuales, pero sobre todo contra el Gobierno.

"Estoy aquí para apoyar al colectivo transexual que sigue sometido a la discriminación social y política", explicaba a Efe Bahar, una joven arquitecta que participaba en la marcha.

Precisó que la participación destacada de grupos homosexuales y transexuales en la acampada de protesta del parque Gezi se debe a que son uno de los colectivos que más sufre bajo el actual gobierno, de orientación islamista.

"El gobierno oprime a todos los que no correspondan a su ideario social: a las kurdos, a las mujeres y desde luego a los homosexuales y trans, y por eso todos se han unidos ahora en las protestas", afirmó.

"Es la primera vez en Turquía que hay un conjunto tan amplio que incluye a todo tipo de movimientos políticos y sociales unidos en un frente común, y ocurre después de una década en la que la sociedad parecía estar despolitizada", analizó la arquitecta.

También Gizem, una estudiante que había participado en la acampada del parque Gezi antes de su desalojo, la semana pasada, señaló a Efe que la experiencia de las protestas había unido enormemente los diferentes grupos sociales.

"Convivir allí ha hecho que muy diversas personas se acostumbrasen al colectivo gay, lesbiano y transexual, y ahora lo aceptan mucho mejor que antes", concluyó.

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