Estudiantes chilenos marchan contra reforma de Bachelet y anuncian protestas

  • Varios miles de estudiantes chilenos se manifestaron hoy en Santiago para protestar contra la reforma educativa impulsada por la presidenta Michelle Bachelet y anunciaron nuevas movilizaciones si sus propuestas no son consideradas en el proyecto final.

Santiago de Chile, 9 oct.- Varios miles de estudiantes chilenos se manifestaron hoy en Santiago para protestar contra la reforma educativa impulsada por la presidenta Michelle Bachelet y anunciaron nuevas movilizaciones si sus propuestas no son consideradas en el proyecto final.

La movilización fue convocada por algunas agrupaciones de estudiantes de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que agrupa a las federaciones universitarias, y la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES).

La protesta, sin embargo, fue menos multitudinaria que otras marchas que se han realizado y tuvo ausencias destacadas, como la de los estudiantes de la Universidad Católica y la Coordinadora Nacional Estudiantes Secundarios (CONES), que es la principal agrupación de alumnos de secundaria junto a la ACES.

Los manifestantes critican que la reforma impulsada por Bachelet se ha hecho sin tener en cuenta al movimiento estudiantil, que desde 2011 protesta en las calles para exigir una educación gratuita y de calidad.

El proyecto del Gobierno recoge estas demandas y en una primera etapa busca poner fin al lucro, a la selección de alumnos y al copago por parte de los padres en los colegios subvencionados, ejes que ya han sido aprobados en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados.

La reforma a la educación es una de las grandes promesas de Bachelet en su segundo mandato presidencial y ha sido blanco de fuertes críticas por parte de empresarios, la Iglesia católica, la oposición derechista y los mismos estudiantes.

"Durante este año el Gobierno no ha escuchado al movimiento social por la educación. Los proyectos de ley se han negociado entre los principales empresarios, la derecha y la Iglesia", dijo a Efe la portavoz de la ACES, Lorenza Soto.

La dirigente estudiantil avisó que las movilizaciones se repetirán a lo largo del segundo mandato presidencial de Bachelet, si el Ejecutivo no rectifica e introduce cambios que modifiquen el modelo educativo desde la raíz.

"Todos los años que vienen serán los años de la educación y por eso el movimiento social estará en la calle hasta que se consigan las demandas históricas del movimiento estudiantil", subrayó.

Soto también criticó de forma velada a las agrupaciones que no se sumaron a la manifestación de este jueves, como la CONES, y las acusó de defender "los intereses del Gobierno y no de los estudiantes".

Melissa Sepúlveda, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y una de las caras más visibles del movimiento estudiantil, no quiso ahondar en la ausencia de sus compañeros pero subrayó que la gran presencia de alumnos de secundaria es una señal de que no están satisfechos con la reforma.

"Debe ser un llamado para las organizaciones de entender que los estudiantes están en la calle, quieren movilizarse y quieren mostrar su descontento frente a una reforma que no da cuenta de cambios estructurales", dijo Sepúlveda.

Takuri Tapia, dirigente de los estudiantes de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), sostuvo que el Gobierno "mintió" al movimiento estudiantil al prometerle que sus propuestas iban a ser consideradas en la elaboración de la reforma.

"Hemos entendido que detrás de todo el juego electoral de la Nueva Mayoría (la coalición oficialista) hay intereses de los empresarios", añadió

Tapia aseguró que la reforma educativa se ha negociado "entre cuatro paredes", como sucedió, dijo, con la reforma tributaria, cuya tramitación fue posible por los contactos de última hora entre sectores oficialistas, de derecha y dirigentes empresariales.

Los manifestantes se congregaron en la céntrica Plaza Italia y recorrieron después la Alameda, la principal avenida de la capital chilena.

La marcha transcurrió de forma pacífica y en un ambiente festivo y culminó con un acto cultural en el centro de Santiago.

Al final de la manifestación, grupos aislados de manifestantes atacaron los escaparates de algunos comercios y se enfrentaron a la policía, que utilizó chorros de agua para dispersarlos.

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