Exprimer ministro canadiense Harper abandona la política por los negocios

El ex primer ministro conservador Stephen Harper, quien dirigió Canadá de 2006 a 2015, anunció el viernes que abandona la política, renunciando a los 57 años a su banca de diputado de Calgary (oeste) para consagrarse a los negocios.

"Abandono la vida política orgulloso de lo que logró nuestro equipo", declaró en un discurso difundido en un comunicado y por YouTube.

Luego de 18 años como representante de la capital canadiense de la industria petrolera en el Parlamento federal, Harper propondrá ahora sus servicios de consultor a empresas que busquen desarrollarse en el exterior, a través de Harper & Associates Consulting Inc., una firma creada en diciembre pasado en Ottawa.

Harper, economista, "es presidente del consejo de administración y director general y formó un equipo de expertos en política, comunicación y negocios", dijo a la AFP su portavoz, Anna Tomala.

"La firma trabajará en la tecnología, finanzas, energía, infraestructuras e industria, entre otros, en Estados Unidos, Europa, Medio Oriente y Asia", precisó.

Desplazado del poder en octubre pasado por los liberales de Justin Trudeau, Harper había renunciado inmediatamente a su cargo de jefe del Partido Conservador.

La diputada de Edmonton (oeste) Rona Ambrose, de 46 años, dirige el partido desde entonces.

En 2006 puso fin a 13 años de hegemonía liberal, asumiendo como primer ministro, dirigiendo tres gobiernos sucesivos hasta su severa derrota sufrida el año pasado a manos de los liberales de Justin Trudeau.

Bajo su gobierno, Canadá se retiró del protocolo de Kioto contra el calentamiento global, multiplicó los acuerdos de libre comercio, incluido uno con la Unión Europea y enfrentó la crisis financiera de 2008, registrando el mayor déficit presupuestario de la historia del país.

En política exterior, su gobierno rompió con el tradicional multilateralismo de Canadá, exhibiendo un apoyo incondicional a Israel y preconizando una línea dura con Rusia luego de su anexión de Crimea en 2014.

Partidario de un Estado reducido, Harper fue además un ardiente defensor de la explotación de las arenas bituminosas de Alberta, pero no logró hacer aprobar proyectos clave de la industria como los oleoductos, principalmente el Keystone XL hacia Estados Unidos.

También cosechó rechazos por parte de la Corte Suprema de Canadá con sus iniciativas para endurecer las leyes penales, principalmente la pena mínima para infractores.

Harper deja detrás suyo un partido a contra pie de la opinión de la mayoría de los canadienses sobre varios temas sociales ambientales, como la muerte asistida y el calentamiento global.

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