Peña Nieto pone fin a la figura del comisionado especial para Michoacán

Morelia (México), 22 ene.- El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, decidió poner fin a la labor de Alfredo Castillo como comisionado para la seguridad de Michoacán, después de las críticas lanzadas por diversos actores políticos, anunció hoy el ministro de Gobernación, Miguel Ángel Osorio.

En un acto público convocado para evaluar la estrategia federal implementada en ese estado del suroeste de México hace un año, Osorio anunció la decisión, motivada por la importancia que el presidente confiere a las instituciones democráticas y sus procesos.

El ministro aludió a las recientes críticas lanzadas por actores que intentaban "politizar" la permanencia de Castillo y "opacar sus resultados" de cara a los comicios del 7 de junio próximo, cuando los michoacanos elegirán al gobernador y se renovará el Congreso local.

La semana pasada el propio gobernador de Michoacán, Salvador Jara, pidió al Gobierno que evaluara la permanencia del comisionado, después del resurgimiento de la violencia en el estado en las últimas semanas y de cara a las próximas elecciones.

"Viene la época de elecciones y efectivamente no es bien visto por todos los sectores de la sociedad y por eso es que hay que evaluarlo, no solamente desde el punto de vista de la seguridad, sino desde el punto de vista político", afirmó Jara, quien fue secundado por otros políticos.

Desde el Palacio de Gobierno de Michoacán, el titular de Gobernación elogió la labor de Castillo, considerado un hombre de confianza de Peña Nieto desde hace años, y dijo que se integrará "a nuevas responsabilidades en el Gobierno de la República".

Además, a partir de hoy el Gobierno ha nombrado un mando especial de seguridad para Michoacán, que recaerá en el general Felipe Gurrola Ramírez.

Peña Nieto envió a Castillo hace un año para encabezar los esfuerzos federales destinados a recuperar la seguridad en ese estado.

Michoacán era escenario de las acciones del crimen organizado, especialmente del cártel de Los Caballeros Templarios, que motivaron el surgimiento de grupos de civiles que se alzaron en armas para evitar sus abusos.

La intervención del Gobierno federal derivó en numerosas capturas de integrantes de los templarios y la legalización de las autodefensas como Fuerza Rural.

Sin embargo, tras varios meses de relativa calma en diciembre pasado resurgió la violencia, lo que suscitó numerosas críticas a la estrategia de seguridad.