Los incapaces siguen a lo suyo: o sale mi pacto o elecciones

  • Ninguno de los líderes están abiertos a nada nuevo y se enrocan en el qué hay de lo mío.

    La táctica del yo, yo continúa, dando un espectáculo lamentable.

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EUROPA PRESS

Rajoy acusa a Sánchez de  no quiere hablar con él cuando el PP fue el que ganó las elecciones. Sánchez se niega a verle porque vende diálogo con todos... salvo con el PP y acusa a Podemos de frustrar un gobierno de cambio traicionando a sus votantes. Rivera acusa a Rajoy de querer su silla y a Pablo de tener la intención de asaltar los cielos sea como sea y se muestra orgulloso del pacto con el PSOE. Y Pablo pide que Sánchez se reúna con él pero sin la presencia de Rivera. 

Estos son los 'políticos incapaces' de ponerse de acuerdo que a España le ha tocado tener en un  momento de dificultad económica en el que los ciudadanos lo único que les han pedido es que se sienten y se pongan de acuerdo en un programa básico para sacar a España de la crisis y a muchos españoles de la ruina.

Pero no quieren. Son tan adictos a los suyos y a lo suyo, a la partitocracia, que basan sus argumentos en la descalificación del otro. Echan la culpa de su intransigencia a los rivales para que la sociedad les castigue. Vuelven a mirar sus votos, sus encuestas, sus puestos.

Actúan como pequeños dioses y no se dan cuenta de que a los españoles les importa poco quién sea el presidente. Han olvidado que son nuestros representantes políticos, unos delegados. A los ciudadanos nos importa poco su futuro laboral. Hemos pedido que se pongan de acuerdo en lo básico: educación, una economía sostenible y realista que sepa repartir, medidas sociales concretas que se puedan acometer... realismo, en suma.

Han puesto en una situación incómoda al propio Rey. Poco les importa. El y tú más es su día a día. Viven en una permanente campaña electoral de la que el ciudadano está más que harto. Y mañana seguirán los reproches. Ya no sorprende que empiecen a sonar nombres de otro nivel que piensen un poco más en el interés general y menos en sus siglas. Los candidatos de hoy siguen el famoso lema de todo por el pueblo pero sin el pueblo. A este, no le hacen ni caso. Ni los nuevos, ni los viejos.

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