La división de la CUP prolonga la agonía de Mas

    • Los anticapitalistas tienen la última palabra sobre el futuro del 'president'.
    • Las asambleas de este sábado confirmaron la división. El 'no' se impone, aunque el 'sí' avanza.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas.

La que con toda probabilidad sea la decisión más crucial para Artur Mas en su carrera política se debate a esta hora en el cuartel de un partido que no es el suyo propio. En manos de la CUP está decidir si finalmente el president en funciones se convierte en president de hecho, o si, por el contrario, Cataluña se ve conducida a unas nuevas elecciones.

La aritmética la tiene el Consejo Político de los anticapitalistas. 57 miembros más 11 del Grupo de Acción Parlamentaria, que tienen por delante dos opciones: o emitir dos votos a favor y ocho abstenciones en la votación de investidura de Mas, lo que supondría su designación o bien, emitir cinco a favor, cinco abstenciones o diez abstenciones, para bloquear su presidencia. La ley contempla el próximo diez de enero como fecha tope para tener president, o bien, la convocatoria de elecciones sería automática.

Tras el inédito empate a 1.515 votos en la Asamblea Nacional celebrada por la organización el pasado domingo, el escenario se presenta igualmente incierto. La decisión la tienen de facto los territorios, donde se han venido celebrando asambleas a lo largo de toda esta semana y, en especial, este sábado. El resultado no permite arrojar conclusiones y confirma la división entre los anticapitalistas.

La decisión implica más que un sí o un no. La formación que lidera Antonio Baños entiende también que cualquier opción tendrá consecuencias para ellos mismos: pese a que de cara al exterior se trata de asumir una postura 'de bloque' las fracturas internas son evidentes entre aquellos que entienden que apoyar a Mas supone incumplir uno de los principales compromisos con los electores y aquellos que priorizan la investidura a una nueva convocatoria electoral que supondría un golpe al procès.

La división es notable en los territorios. Mientras las asambleas de Barcelona o del Penedès se manifestaban ayer más rotundamente partidarias del 'no'- en torno a un 80%- otras, como las del Maresme o las comarcas de Girona mostraban una división al cincuenta por ciento, con una balanza por momentos más inclinada al 'sí'.

Las asambleas aportan al Consejo Nacional un número dispar de miembros, entre tres y seis, que este domingo habrán de elevar la decisión acordada. No se trata, por tanto, de una decisión personal, sino del resultado de las votaciones realizadas en las últimas horas. Por otro lado, en ese Consejo están también presentes los 15 miembros del Secretariado Nacional y los diez diputados de la CUP en el Parlament, si bien ninguno de ellos tendrán derecho a voto.

En el órgano de decisión toman parte también las organizaciones que integran la denominada Crida Constituent, el paraguas que agrupa hasta a 12 organizaciones con las que la CUP concurrió a las elecciones y que mayoritariamente se han expresado contrarias a facilitar la investidura.

"No investir significa llegar en marzo con uno de los activos de la CUP intactos: la credibilidad. Se dijo en campaña que no se investiría a Mas, y así llegaríamos a marzo habiendo dado una lección mundial de democracia directa y con una oferta ganadora", sostiene un militante de En Lluita, otra de las organizaciones de la Crida. Los militantes de las organizaciones participaron abrumadoramente en la asamblea de la pasada semana, si bien en esta ocasión su peso queda mermado ya que el voto se expresa a través de sus representantes. En cualquier caso, sólo dos de las organizaciones son partidarias del sí.

Las evidentes tensiones que la decisión sobre investir o no a Mas está provocando en la CUP provocaron esta semana la primera dimisión de peso, la de Xavier Monge, quien fuera cabeza de lista por Barcelona en 2011, y miembro del secretariado nacional, presentó su baja tras definir de "fraude" el procès.Cómo decide la CUP

El Consejo Político debe decidir entre dos escenarios en un pleno de investidura del Parlament: si dan dos votos y 8 abstenciones a Mas para ser investido o si, por lo contrario, le dan cinco votos a favor y cinco en contra -o diez abstenciones-, lo que a la práctica supondría rechazarle.

Ganará la opción que obtenga la mayoría absoluta en un máximo de tres rondas, y la formación ha prometido que encontrará el mecanismo para dar una respuesta aunque se repita el empate que se vivió en la asamblea nacional de hace una semana -1.515 votos a favor de Mas y 1.515 en contra-.

Los militantes de la CUP han celebrado 155 asambleas locales y 13 territoriales para debatir la cuestióny para hacer llegar sus opiniones para que sean tenidas en cuenta en el Consell Polític, donde no tendrán voto los 10 diputados del Parlament.

(Te interesa leer:http://www.lainformacion.com/politica/elecciones/las-bases-de-la-cup-comienzan-a-votar-si-apoyan-la-investidura-de-artur-mas_oITC1KdRBjAbR7GYtIDFR4/)

Cada organización territorial de la CUP aporta al Consejo Político un número determinado de representantes en función de la cifra de militantes: Alt Ter (4), Baix Llobregat (4), Barcelona (5), Catalunya Central (4), El Camp (5), Maresme (5), Nord-Oriental (6), País Valencià (3), Penedès (5), Ponent-Pirineos (5), Terres de l'Ebre (3), Vallès Occidental (4) y Vallès Oriental (4).

Si la CUP decide apoyar a Mas, el Parlament ha decidido reservar los días 4, 5 y 7 de enero para celebrar el pleno de investidura y, si la CUP lo rechaza, el Parlament se disolverá automáticamente el 10 de enero y se deberán convocar de nuevo elecciones.

JxSí tiene asumido que, si los anticapitalistas se oponen a la investidura de Mas, no hay tiempo suficiente para buscar otro aliado antes del 10, ya que el resto de partidos del hemiciclo ya han pedido que no se cuente con ellos.

Si hay que convocar nuevas elecciones serían las cuartas autonómicas desde 2010, y también supondría un fuerte revés para el proceso soberanista, que ya vio en las elecciones generales como disminuía el apoyo a los partidos independentistas.



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